Escribe Lucas Giannetti
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El martes 12, en la sesión del Concejo Deliberante, se terminó de consumar una nueva estafa contra los trabajadores de Pergamino. El intendente Javier Martínez (PRO) logró que se aprobara el proyecto de ordenanza que establece la privatización de dependencias y servicios de carácter público dependientes del Estado municipal, abriendo el camino al municipio gerente, en el que prima la libertad de mercado por sobre las regulaciones ejercidas por el Estado. https://politicaobrera.com/12760-pergamino-pario-un-sturzenegger
Como se dio en las dos sesiones anteriores en las que se trató el proyecto de ordenanza, se desplegó un impresionante operativo represivo con la bonaerense de Kicillof a la cabeza y la patrulla urbana, dependiente del intendente. En esta oportunidad, las fuerzas represivas también garantizaron la entrada de los concejales oficialistas por una puerta trasera del recinto, ubicada en la ex comisaria primera y actual sitio de la memoria.
La sesión se desarrolló a puertas cerradas, es decir no se permitió el acceso de los trabajadores. Durante la semana anterior, Javier Martínez aprovechó cada entrevista para descalificar y tildar de violentos a los trabajadores que se hicieron presentes en las sesiones anteriores e hizo un llamado a los concejales para que se sesiona a puertas cerradas. Para este último objetivo contó con el apoyo de la concejal del Frente Renovador Marcela Conti, que con su firma dictaminó que los trabajadores no pudieran hacerse presente en el recinto. La carta rubricada por los concejales denegando la presencia de público sienta un grave precedente, ya que en la misma se puede leer “(...) que se tenga presente esta medida a futuro toda vez que la situación así lo requiera.” El oficialismo local prevé situaciones convulsivas en un marco de crisis social que raja las paredes.
Martínez ha logrado convertir al HCD en un pivot del Ejecutivo local para hacer pasar todo tipo de trapisondas contra el pueblo trabajador, entre las que se encuentra, la “suma del poder público”, ya que en el artículo 3 de la ordenanza le otorga facultades delegadas por dos años para llevar adelante la reforma del Estado municipal. Para arribar a sus objetivos, el intendente municipal, ha llevado adelante una política de fragmentación hacia dentro de los bloques del HCD, dejando en evidencia la colaboración del pejotismo al garantizarle una sesión cerrada.
El oficialismo local se valió de otra poderosa herramienta: la inacción de ATE y los gremios que representan a los trabajadores municipales, que durante la gestión de Martínez han ratificado paritarias a la baja y sueldos de indigencia. El control del Concejo Deliberante y la colaboración de la burocracia sindical, le permiten a Martínez instaurar un régimen de poder personal en la ciudad, reforzado con la aprobación de las facultades delegadas.
El proyecto quedó aprobado con 11 votos positivos, entre los que se encuentra el de la concejal Tribuley, quien rompió con el bloque de LLA. Por su parte, los concejales de la LLA, Figueroa y Dib, conociendo el desenlace de la votación, se abstuvieron, objetando que antes de cualquier tratamiento del proyecto, se debía realizar una audiencia pública, solicitado por el bloque del PJ y rechazada por la Asamblea Legislativa. El bloque de UxP y un concejal del FR, bajaron a hablar con los trabajadores que se encontraban fuera del HCD. La concejal Conti de UxP, calificó a la jornada como un triunfo (sic), ya que se había logrado retrasar por tres semanas la aprobación de la reforma. Los trabajadores, activistas y jubilados presentes le remarcaron la colaboración ejercida por el pejotismo, dejando a las claras la política derrotista que llevaron adelante.
Los trabajadores municipales deben sacar conclusiones de esta derrota a los que los ha llevado la dirección de ATE y la confianza en la rosca del Concejo Deliberante, para poder tomar la iniciativa y derrotar los planes privatizadores de Martínez y su séquito.