Escribe Valu Viglieca
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Al conocerse la muerte de Jorge Navarro, el cuarto trabajador del subterráneo fallecido por estar expuesto al asbesto, se informó un paro para el miércoles 20 de noviembre. El cese de actividades va a realizarse en todas las líneas en franjas de dos horas y de forma rotativa. La decisión fue tomada por los delegados de Tráfico, luego que se declarara el “estado de alerta y movilización”.
Entre las 10 y las 16 horas los y las trabajadoras del subte van a parar para denunciar que el asbesto, un mineral cancerígeno, sigue presente en dos líneas del subterráneo y en casi todos los talleres en los que trabajan cientos de empleados. El mineral, que se utilizó de forma expandida como aislante eléctrico, está prohibido en nuestro país y en muchos otro. Sin embargo, desde que se detectó y hasta 2018 la empresa Metrovías, hoy Emova, no lo retiró. Según ellos mismos reconocen están en un plan de desabestización que no termina nunca y que no para de cobrarse vida de trabajadores.
Según los organismos públicos de salud hay 107 trabajadores con enfermedades respiratorias, secuela de estar expuestos durante la jornada laboral, al asbesto. Y en la medida que el material no sea retirado, empleados principalmente y usuarios de forma secundaria, están expuestos al mineral. Por eso en el comunicado de prensa de la Asociación Gremial de Trabajadores del Subte y Premetro denuncian que la medida de fuerza es por la muerte de Jorge Navarro y porque “el asbesto es un problema de salud pública”.
Además de reclamar que se continúe el plan de desabestización los trabajadores exigen a la patronal que cambie los coches contaminados y que se incorpore a la totalidad del personal al control médico para detectar rápidamente la presencia de la enfermedad. El número de afectados amerita que los legisladores declaren la insalubridad de las tareas en el subte y se les otorgue la jubilación anticipada.
La muerte de Jorge Navarro puso sobre la mesa que, así como el plan de desabestización no avanza, tampoco estaba vigente un plan de lucha para conseguir que la empresa Emova lleve adelante las tareas de limpieza de talleres y coches. La denuncia de la existencia de este material es tema de debate en distintos países y es la primer causa de muerte laboral por cáncer. Según la propia Organización Mundial de la Salud es el 70% de los casos.
El paro rotativo es una primera medida, pero para arrancar la eliminación de la presencia de asbesto es necesario retomar las acciones de lucha sin distinción de sindicato y con el apoyo de los usuarios. Millares de personas pagan un boleto con tarifa europea para llegar a sus trabajos aplastados entre otros miles de pasajeros y sin tener conocimiento que el aire está contaminado por cancerígenos.
La patronal de Emova sacó un comunicado “solidarizándose” con la familia y allegados. Pero la muerte de Navarro es la muestra más cruda del valor que las patronales le dan a la vida de los obreros. Al saludo hipócrita de la patronal hay que oponerle un plan de lucha hasta terminar con el asbesto, arrancar la cobertura sanitaria para la totalidad del personal y conseguir que se declare al trabajo en el subte como insalubre.