Razzias policiales en Tucumán

Escribe Alejandra del Castillo

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Las razzias policiales en la provincia se han agravado bajo el gobierno de Jaldo. Operativos llamados El Trencito, por el ingreso de tropas de policías a las barriadas, irrumpen en los barrios y producen detenciones masivas. Sin orden judicial y sin denuncia levantan a cualquiera que esté en la calle.

La semana pasada la razzia tuvo lugar en la localidad de San José. Las imágenes de la brutalidad policial se viralizaron. Un policía golpea a una mujer mientras la detiene. El saldo fue cerca 131 detenciones y 126 motos retenidas, según información proporcionada por algunos medios. Este accionar se inscribe en la política criminal expuesta por el jefe de policía, que declaró que todo delincuente que se enfrente a la policía terminará muerto. El gobierno de Jaldo ha dado vía libre al gatillo fácil y a los atropellos policiales, junto a una política represiva de las luchas a la medida del protocolo antipiquete de Bullrich.

En la lucha universitaria amenazó con mandar la infantería si no se levantaba una clase pública que se estaba haciendo en la calle en Filosofía y Letras. Cuando los medios le consultaron a Jaldo, manifestó que los cortes están prohibidos en Tucumán. El día anterior la policía había sacado carteles que estaban en la vereda en nombre de que no se pueden poner carteles agresivos.

En consonancia con el protocolo antipiquete, el gobierno sacó un protocolo para los disturbios en la vía pública. La excusa fueron peleas callejeras protagonizadas por secundarios. En dicha disposición se habilita a la policía a detener a menores de 18 años en comisarías. Llegaba al extremo de disponer la expulsión de las escuelas por un año. Frente a distintas denuncias dio marcha atrás con esto último, pero mantiene en pie el resto de las disposiciones.

Frente a la política represiva y reaccionaria de Jaldo resulta de vital necesidad poner en pie una coordinadora en defensa de las libertades democráticas con los familiares víctimas del gatillo fácil, organizaciones de derechos humanos, sociales y políticas. Hay que impulsar también asambleas en las barriadas para organizarse frente a estos atropellos.

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