Coronel Suárez

Cierre de la fábrica de calzado Dass: despiden a 360 obreros

Escribe Emiliano Fabris

Por la ocupación inmediata de la planta.

Tiempo de lectura: 2 minutos

El grupo brasileño Dass anunció el cierre completo de su fábrica de calzado ubicada en la localidad de Coronel Suárez, al sur de la provincia de Buenos Aires. Significa el despido inmediato de sus 360 trabajadores, que al momento de la notificación se encontraban licenciados por vacaciones. La empresa unificará toda la producción en su otra planta que funciona en Eldorado, Misiones.

Según la empresa -que fabrica para marcas importantes como Adidas, Nike y Fila- la decisión obedece a una “necesidad de adaptar las operaciones a la nueva dinámica del mercado en la Argentina, que plantea un cambio de ciclo económico, caracterizado por nuevas condiciones comerciales”, una fórmula sinuosa por la que atribuye el fuerte descenso de la demanda en el último año a la apertura de las importaciones impulsada por Milei. La realidad de todos los trabajadores es que sufren una creciente confiscación laboral y salarial que les permite cada vez menos adquirir un par de zapatillas de calidad, sean de ensamble nacional o importadas.

El cierre, sin embargo, estaba anticipado, porque la planta contaba con 900 empleados a principios de año, la mayoría de los cuales fueron cesanteados durante todo este periodo hasta funcionar con 360 y para, a fines del 2024, liquidar prácticamente todo el stock de una planta que tiene una capacidad de producción de ocho naves, 5.000 operarios en sus más de 30.000 metros cuadrados.

Significativamente, la patronal de Dass omitió por completo la presentación de un recurso preventivo de crisis, que prevé una negociación entre la empresa, el sindicato y el Gobierno antes de aplicar despidos o suspensiones por razones de fuerza mayor.

La fábrica tiene una larga historia de quiebras y reconversiones. Ubicada geográficamente en un lugar a contramano de la logística de transporte, se ha valido históricamente de una ultrapecarización de trabajadores del pueblo y alrededores con sueldos bajísimos, una elevada rotación y una persecución instantánea ante reclamos laborales. Gatic fue la empresa fundadora en 1978 por la familia Bakchellian que luego de un auge quebró en el 2003, pasó a ser controlada por otra patronal, Vulcabras, recibiendo enormes subsidios de Estado bajo el gobierno de Néstor Kirchner. Luego pasaría a ser controlada por Dass, que despidió durante la pandemia 100 empleados en su planta de Misiones, en donde ahora relocalizará toda su producción.

Hay que agregar que, a todo este proceso de vaciamiento de la empresa, se le ha contrapuesto la apertura de pequeños talleres de producción -“pymes”- a los cuales se les tercerizó parte de la producción y en todavía peores condiciones laborales. La salida a una circunstancial baja de demanda ha sido explotar aún más al trabajador, cuando debieran repartirse las horas de trabajo entre todo el plantel obrero, sin modificar el salario.

En Coronel Suárez circulan versiones de que una nueva empresa alemana adquiriría las instalaciones y recontrataría al personal, pero sin reconocer ningún tipo de antigüedad (existen obreros que trabajan desde la época de Gatic) aunque disfrutaría de los nuevos “beneficios” de precariedad laboral que habilita la reciente reforma de Milei y la CGT.

Rechazar los despidos, el cierre de la fábrica e impulsar una lucha inmediata en defensa de los puestos de trabajo. Exijamos la apertura de los libros contables de la empresa, que vende calzados a precios dolarizados fabricado por una fuerza de trabajo que recibe salarios devaluados y en pesos, y en condiciones de superexplotación laboral.

Una acción de defensa de los puestos de trabajo plantea la ocupación de la misma mediante una inmediata convocatoria a una asamblea general extraordinaria en puerta de fábrica.

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