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Una huelga general de “advertencia” de 24 horas tuvo lugar en Bélgica el 13 de enero pasado, contra el proyecto de recorte de pensiones y otros beneficios sociales. El proyecto fue presentado en el parlamento por la Nueva Alianza Flamenca, el partido derechista que lidera Bart De Wever, ganador de las últimas elecciones. El proyecto ha recibido el visto bueno de los demás partidos.
La huelga recogió una adhesión masiva de los trabajadores, principalmente de los sectores que perderían fuertes conquistas en materia jubilatoria, como docentes, trabajadores del correo y ferroviarios, a los que se sumaron otros sectores, como los aeroportuarios. Aunque las huelgas se encuentran limitadas por cupos de guardias mínimas, como ocurre en toda Europa, esto no pudo evitar que el 40 % de los vuelos fueran cancelados y que 2 de cada 3 trenes se paralizaran en todo el país. En el transporte público de Bruselas, la capital belga, tuvo un acatamiento casi total.
La convocatoria estuvo a cargo de las principales centrales obreras del país: la Confederación de Sindicatos Cristianos (CSC), la Federación General de Trabajadores de Bélgica (FGTB) y la Central General de Sindicatos Liberales de Bélgica (CGSLB). El reclamo de los sindicatos está centrado en el aumento en la edad de retiro, que ha pasado este año a ser de 66 años y para 2030 está pautado llevarla a los 67. Al mismo tiempo, un trabajador debe tener realizados 45 años de aporte para acceder a la jubilación completa, lo que constituye realmente una excepción. Los partidos presentes en el Parlamento -estancados en la conformación de una coalición de gobierno desde hace tiempo- coinciden en que es “necesario” ahorrar 3.000 millones de euros por año en pensiones, para destinarlo al presupuesto militar. Esto ha encendido la furia de los trabajadores belgas.
Desde la caída del gobierno liberal en las elecciones parlamentarias de julio de 2024, Bélgica atraviesa una crisis de gobierno. El partido derechista, Nueva Alianza Flamenca (NAF), comandado por De Wever, se encuentra estancado en una negociación infructuosa con los otros partidos de la derecha. El partido liberal aún sigue ocupando los cargos ministeriales para el día a día.
La pretensión de introducir una nueva reforma de las pensiones, recortando la adjudicación de fondos, para incrementar el presupuesto militar del país, ha sido acompañada por todos los partidos -socialistas, democristianos y liberales-.
Los trabajadores se movilizaron masivamente por las calles de Bruselas, pues los informes estiman hasta en 100.000 personas la cantidad de manifestantes, que han expresado su hartazgo a pesar de las ataduras de la burocracia sindical. Las consignas de esta huelga exigen el retorno a la edad de jubilación a los 65 años.
Los trabajadores belgas han plantado bandera contra una profundización de las medidas de ´austeridad´ en favor del militarismo y la guerra del imperialismo.