Tiempo de lectura: 2 minutos

Descuentos arbitrarios, salarios sin actualización, suspensiones, sanciones, persecución, discriminación, desconocimiento de acuerdos e incumplimientos tanto legales como de condiciones de trabajo: la patronal de Acindar pretende poder hacer lo que le venga en gana.

Tras un 2024 donde la gran caída de producción le generó a la empresa un mayor margen de maniobra para instalar su agenda de achique y flexibilización, este año se comienza a articular una mayor resistencia de los trabajadores.

Actualmente, en la planta de Villa Constitución, comienzan a retomarse las actividades en todos los sectores, pero no a su máxima capacidad. Sin renovación aun del acuerdo de suspensiones, con la paritaria congelada al mes de junio, se están viviendo múltiples abusos de parte de la empresa: no pago de acuerdos, múltiples errores de liquidación, amenazas de sanciones, rebaja salarial, prohibición de ingreso a la planta de algunos trabajadores, un servicio médico más policial que sanitario; todo esto, generando un contexto tóxico que apunta en parte a forzar nuevos retiros voluntarios y a la renovación del acuerdo de suspensiones a la baja.

Son pocos los sectores que tienen un pago por producción, pero en todos los casos la empresa los ha usado como medio de extorsión, como ya pasó hace unos años en Amolado, donde la retención de ese pago forzó a discutir uno nuevo con un mayor nivel de producción.

Durante el 2024 aplicaron la misma estrategia en trefilación de alambres -el no pago del premio junto a la reducción de turnos- situación que redujo notablemente el salario de los trabajadores. Estos han tomado diferentes medidas de fuerza hasta terminar el año con la paralización total del sector durante 11 días debido a que la empresa no pagaría el anticipo y ni siquiera les darían la caja navideña. El 13 de enero, al volver de las vacaciones, la empresa comunicó una suspensión por 16 días, situación que derivó en un paro de ocho horas de toda la planta hasta que se retrotrajeron las sanciones.

El premio se acordó, en su momento, para mejorar los magros salarios en el sector, pero lo que corresponde es reclamar una recomposición salarial, evitando caer en un nuevo acuerdo de producción, ya que es una herramienta que la empresa utiliza y seguirá utilizando como extorsión.

El ataque se profundiza aún más con los trabajadores de las tercerizadas, con retrasos en los pagos y el no pago en diciembre del anticipo del bono anual.

La empresa con la excusa de la productividad y la apertura de importaciones pretende, durante este año, llevar adelante varias reestructuraciones, forzando el achique de planteles y proponiéndose profundizar la flexibilización tanto de trabajadores de Acindar como de contratistas.

La defensa de los puestos de trabajo y el salario siguen siendo el factor que unifica a la base obrera, independientemente de a quien hayan votado. Ante los próximos ataques de la patronal, la respuesta debe ser contundente y sin titubeos, como lo fue este lunes, organizándonos mediante asambleas que debatan, voten y lleven adelante las acciones necesarias para confrontar con las políticas antiobreras tanto de la empresa como del Estado.

Suscribite al canal de WhatsApp de Política Obrera