La marcha antifascista en Córdoba

Escribe Fabrizio

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Una multitud se movilizó este sábado 1 de febrero en la capital de la provincia, ocupando desde Patio Olmos, sobre la calle Vélez Sarsfield, aproximadamente cinco cuadras, hasta llegar al Paseo del Buen Pastor, sobre la avenida Hipólito Yrigoyen. A la convocatoria también se sumaron ciudades del interior de la provincia, como Villa María, Alta Gracia, Villa de las Rosas, Cosquín, Santa Rosa de Calamuchita, Cruz del Eje y San Marcos Sierras.

Múltiples sectores se plegaron a la convocatoria, como el estudiantil con la asamblea de la Facultad de Artes, y el movimiento de jubilados, que todos los miércoles por la mañana realiza su ronda en la Plaza San Martín. También participaron trabajadores de los Servicios de Radio y Televisión de la Universidad Nacional de Córdoba, SRT por su sigla, quienes el año pasado enfrentaron despidos. Esta marcha no solo representó un avance político al confrontar directamente con el Gobierno, calificado como fascista y liberticida, sino que también funcionó como un catalizador para sectores en lucha que protagonizaron las movilizaciones más importantes del año pasado.

Al final de la movilización en un escenario se leyó un documento que, entre otras cosas, le exige a la CGT “que se ponga a la altura de las circunstancias”. La capacidad política de convertir esta marcha en un proceso de lucha continuo no va a venir de la mano de las burocracias sindicales, que para esta marcha se encontraron sin un rumbo claro, pues la CGT a nivel nacional no convocó a movilizarse y dio libertad de acción a los sindicatos. En Córdoba una de las dos fracciones convocó a movilizarse.

La experiencia de esta marcha convocada por una asamblea espontánea, que logró tal masividad en todo el país, demuestra que la línea reduccionista de exigir un paro nacional a las centrales obreras alineadas con el plan de vaciamiento y ajuste del gobierno de Milei está completamente desacertada. El rumbo a seguir es el de la organización independiente, en asambleas y plenarios autoconvocados que se dirijan a una acción política de masas, es decir, la huelga general.

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