Escribe Leonardo Perna
Tiempo de lectura: 3 minutos
El viernes 21 de febrero la Legislatura de la Ciudad de Buenos Aires votó, en una sesión extraordinaria, el proyecto de ley del Jefe de Gobierno, Jorge Macri, para suspender las PASO de este año. Fue aprobado por 55 votos (PRO, LLA y UxP), 3 en contra (FITU) y 1 abstención.
La vicejefa de Gobierno, Clara Muzzio “agradeció a todos los bloques que acompañaron la medida” y reivindicó “el sistema de votación (la Boleta Única Electrónica)”. El proyecto votado desdobla las elecciones porteñas de las nacionales y las adelanta para el 18 de mayo. Jorge Macri ha querido evitar una elección primaria deslucida para el PRO y poner a la elección del distrito a cubierto de una derrota en la nacional. Los ‘libertarios’, dispersos en diferentes bloques, también dieron su acuerdo, aunque por la razón contraria – de que una elección unificada los perjudique en octubre próximo
El ‘ahorro’ de 20.000 millones de pesos por la suspensión de las Paso, queda anulado por el mayor costo que imponen elecciones desdobladas.
Las PASO no solo establecen un piso para poder participar de una elección general, sino que fuerza la realización de alianzas oportunistas entre fuerzas que de otro modo no conseguirían superarlo. Es, por, sobre todo, un método de estatización de los partidos, que deben dejar de lado sus estatutos internos para proceder a la selección de los candidatos. Al establecer que sean simultáneas, dejan de ser propiamente internas para convertirse en el primer turno de una elección general. El alto valor que los partidos del sistema le otorgan a las PASO, quedó de manifiesto en que no han sido eliminadas sino sólo suspendidas, para poder recurrir a ellas en 2027, cuando la elección es presidencial. Dado el verticalismo que impera en todos los partidos del sistema, la suspensión de las PASO refuerza el poder de digitación de candidaturas de sus autoridades. Al convocar las elecciones para dentro de pocas semanas, las disidencias internas pierden capacidad para hacerse valer. En el caso del peronismo, la suspensión de las Paso ha dejado afuera a Abal Medina, un puntal del espacio peronista armado por Axel Kicillof y gobernadores - el MDF (Movimiento Derecho al Futuro) – enfrentado a Cristina Kirchner.
“Si Abal Medina quiere ser legislador no necesita cacarear en los medios, dividir al peronismo eso sí es ser funcional a Macri y Milei” dijeron desde el entorno Mariano Recalde uno de los principales candidatos del PJ de la Ciudad, en la lista que sería encabezada por Leandro Santoro. El mismo Leandro Santoro dijo “me parece correcto lo que hicieron los legisladores habiéndose derogado las PASO nacionales es absurdo pedirles a los porteños que vengan a votar a las primarias de la Ciudad” un argumento de ocasión como cualquier otro.
Las bancadas del FITU votaron en contra de la suspensión de las Paso, a las que han denunciado siempre como proscriptivas. Semanas atrás se habían tranzado en una disputa, como siempre feroz, cuando el aparato del PO atacó al PTS, que llamaba a oponerse a la suspensión. Para votar en contra de los proyectos oficiales denunciaron una manipulación de los tiempos electorales por parte del PRO. La separación de las elecciones del distrito de las nacionales ha venido siendo reclamada desde hace tiempo por todos los partidos del sistema, como una defensa de la autonomía de la Ciudad y de la necesidad de crear un ámbito de discusión electoral de las cuestiones metropolitanas. Desde el Partido Obrero, nuestra corriente actual, Política Obrera, sostuvo siempre lo contrario, o sea hacer de cada cuestión parcial o local un asunto nacional, es decir, una cuestión de poder.
Jorge Macri se había encontrado en dificultades para obtener el compromiso de LLA para pasar a votar la suspensión. Karina Milei había logrado el pase de 3 legisladores del PRO a las filas del gobierno nacional. Al final, LLA dejó de lado su propuesta de eliminación de las PASO y aprobó la suspensión por un año.
Todos estos acuerdos deben ser vistos como una tregua en la guerra por imponer a LLA como dirección política de la burguesía, cuando se agudiza el impasse de la política económico, las protestas de los afectados por el tipo de cambio caro y las divisiones generadas por la crisis y la guerra mundial, como el alineamiento con Trump y Putin contra la Unión Europea.