Una lucha generalizada de la clase obrera

Escribe Pablo Busch

Tiempo de lectura: 4 minutos

El Covid-19 ha creado un nuevo escenario en el movimiento obrero. A pesar de las limitaciones impuestas por el distanciamiento social y la cuarentena, la crisis social que provocó la irrupción del virus dejó de manifiesto el antagonismo irreconciliable entre la clase obrera y la clase capitalista, y aceleró la lucha de clases. Rescatada por el presupuesto estatal a través del ATP, la burguesía no encuentra salida a la crisis, como lo demuestran sus oscilaciones acerca del alcance de la cuarentena. Las patronales, por su lado, negocian la baja de salarios y despidos con la burocracia sindical. El decreto de la cuarentena que buscaba limitar cualquier tipo de actividad gremial está siendo desafiado por los trabajadores de todo el país.

A lo largo y ancho del país

El conflicto por el abastecimiento de insumos y el control obrero de los protocolos sanitarios recorre a todas las industrias que reabren, junto al reclamo salarial. Es un reclamo que se extiende a los trabajadores de la salud del país, hospital por hospital, clínica por clínica. Además, se había anunciado un reconocimiento especial para ese sector, que nunca llegó y que también es un factor de reclamo.

A nivel nacional, el Sutna se plantó en defensa del cobro del 100% del salario, que el Grupo Madanes logró imponer en sus otras plantas, además de imponer el control de los protocolos sanitarios. Los trabajadores del transporte de corta distancia del interior se sostienen una huelga general por el pago integral del salario, con un altísimo acatamiento.

Los estatales protagonizan grandes luchas: desde los municipales de Pico Truncado, a los docentes y municipales catamarqueños, en el Hospital de Río Gallegos en Santa Cruz, los docentes universitarios de Tucumán, los municipales de Tigre, por solo nombrar algunos casos.

Otro conflicto extendido a todo el país es el de los trabajadores de todas las plantas de Arcor (Córdoba, Tucumán, San Luis, Buenos Aires), en reclamo del reconocimiento del 100% del salario de quienes fueron licenciados por pertenecer a personal de riesgo. Este reclamo se replicó en la planta de Dulcor y amenaza con extenderse a varias plantas alimenticias. Con una agenda contra la precarización, los trabajadores de apps -que se cuentan de a decenas de miles- desarrollan también un plan de difusión y lucha por sus reivindicaciones.

El mismo día que una cantidad de gremios cordobeses anunciaba una medida de fuerza conjunta contra la reforma jubilatoria del gobierno de Schiaretti, el STIA de Puerto Deseado anunciaba la paralización total de la actividad en reclamo de aumentos salariales, en el marco de una industria pesquera que no fue afectada por la cuarentena, un gremio donde no podría ser mayor el contraste entre las ganancias multimillonarias por la exportación y la superexplotación de los trabajadores. También en la pesca, se profundiza la ocupación de las dos plantas de Fyrsa -una ubicada en Rawson y la otra en Trelew-, que vienen de haber convocado a una movilización conjunta con los textiles de Sedamil -también con la planta ocupada- y distintos sectores de estatales. De esa movilización también participaron trabajadores de Agropez-Conarpesa, que hace meses vienen luchando por el cobro del salario garantizado y contra el cierre de su plantas en Trelew y Puerto Madryn. También en Madryn, los trabajadores de Red Chamber, la ex- Alpesca, vienen de protagonizar huelgas y piquetes por el reconocimiento de un acuerdo salarial logrado en una lucha anterior, y que la empresa se niega a pagar. Los trabajadores de Granja Tres Arroyos desarrollan asambleas contra la reducción salarial en su planta entrerriana, y los mineros de Andacollo sostienen piquetes en los accesos a Neuquén en reclamo del cobro de sus salarios.

Retomando el hilo de la pesca, los trabajadores de Apolo Fish, en Mar del Plata, ocupan desde hace dos semanas la planta en reclamo del pago de la totalidad de los salarios. En la misma localidad, trabajadoras de Textilana se movilizaron contra el acuerdo suscripto por la AOT que avalaba reducciones salariales cercanas al 50% y los trabajadores de Postres Balcarce marchaban por el pago de sus salarios ante la deserción del dueño de la empresa. También en el interior de la provincia de Buenos Aires, trabajadores de Loimar luchan contra el cierre de su planta en Tandil, en Olavarría los de Cerro Negro desarrollan piquetes masivos por el cobro de la totalidad de los salarios y los trabajadores de Walmart, en Bahía Blanca, exigen un bono y elementos de protección. En la zona sur bonaerense, los gráficos de Morvillo pararon y lograron el cobro del 100% del salario, y los trabajadores de Plusmar desarrollaron piquetes con el mismo reclamo. En la zona oeste, trabajadores de La Nirva han conseguido después de varias jornadas de lucha, el cobro de sus salarios.

La zona norte del Gran Buenos Aires, que concentra gran parte del cordón industrial del país, merece un párrafo aparte. De la toma de Bedtime, que conquistó el pago de la totalidad de los salarios adeudados, pasamos a la lucha de Fate, con un acampe en los portones incluidos, mientras que los trabajadores de Mondelez Victoria desarrollan protestas contra las suspensiones, los de la planta Pacheco llevan adelante asambleas en reclamo de un plus salarial por la exposición al Covid19. En el Parque Industrial de Pilar, trabajadores de las ceramistas Later-Cer e Ilva desarrollaron piquetes por el cobro de sus salarios, al igual que los trabajadores de la textil Texameri.

Finalmente, en las plantas de Acindar de La Tablada y Villa Constitución, los trabajadores libran una dura pulseada con la patronal para defender sus salarios y condiciones laborales.

Conclusiones y programas.

De este sucinto relato, en el que queden afuera muchos más procesos de lucha, y que cualquiera podría resumir recorriendo politicaobrera.com, se desprenden algunas conclusiones.

Lejos de embarcar a todas las clases en una lucha común contra el virus, la pandemia ha atizado la lucha entre la clase obrera y los capitalistas, y además ha incorporado nuevos aspectos de lucha -los protocolos sanitarios, el control obrero de la cuarentena, la provisión de suministros de protección. No se trata de una suma aritmética de luchas aisladas. Si se sigue correctamente el hilo conductor, se pone de manifiesto que estamos ante la irrupción de la clase obrera en la escena nacional.

Suscribite al canal de WhatsApp de Política Obrera