Escribe Rafael Hacha
Hay que calentar los motores de 2025.
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El miércoles pasado tuvo lugar una Asamblea Extraordinaria del sindicato AGD de la UBA. Asistieron alrededor de 80 personas de los 5000 afiliados que tiene el sindicato. La mayoría de los presentes eran integrantes de fuerzas políticas y de las listas que se presentan a las elecciones del gremio próximamente.
En la asamblea se discutió cómo encarar el comienzo de año de cursada. Se señaló que el salario perdió muchísimo poder de compra desde que asumió Milei, al tiempo que la investigación y las condiciones de cursada están siendo destruidas. Se reivindicaron las grandes marchas universitarias del año pasado que impulsaron rectores, gremios y estudiantes, como así también la jornada de clases públicas que impulsó AGD en solitario en Plaza de Mayo. Se señaló que existen limitaciones estratégicas que se reflejan en que no se ha recuperado ni detenido la pérdida salarial que se profundiza mes a mes. Muchos docentes se expresaron a favor de que hay que ir “más a fondo”, que hay que “ser audaces”, que hay que tener un plan de lucha definido e incremental. Desde la Tendencia Universitaria Clasista señalamos la importancia de organizar asambleas interclaustros para retomar la acción directa como los paros activos, los cortes de calle y autopista, las clases públicas y las tomas. De modo general, si uno juzga por las intervenciones, la asamblea fue positiva. Sin embargo, cuando llegó el momento de votar, todo el ímpetu de las intervenciones quedó diluido en medidas a corto plazo o actividades sin una fecha definida. Muy lejos de un plan de lucha y de un abordaje estratégico de la situación.
De cara al comienzo de clases, la asamblea se limitó a ratificar un paro de 72 hs. desde el 17/3, reductible a 48 hs, según lo que se acordara con otros sindicatos de Conadu Histórica y del Frente Sindical de Universidades Nacionales. En la asamblea se denunció la experiencia del año pasado, donde este frente funcionó como un tapón a la lucha. Sin embargo, las resoluciones de la asamblea de AGD no reflejan una intención de constituirse como un polo que impulse, por medio de la agitación y la organización, la tendencia a la ocupación de facultades y la huelga general.
Como hace con cierta frecuencia, la conducción de AGD (Agrupación Naranja-Partido Obrero) evitó que se voten mociones por separado, trató de armar una síntesis ‘a capela’ de lo que se dijo durante la asamblea, y que se votara esa síntesis como un ‘combo’. Pero este método impide que funcione una regla básica de la democracia obrera: que las mociones se voten. Se busca forzar una ‘unanimidad’ que descalifica la contrapropuesta y está vaciada de contenido. Así la conducción se reserva la redacción de las mociones que se publican unos días después. El único punto donde se pusieron a votación dos mociones distintas ayuda a entender la raíz de este problema.
El momento más agitado de la asamblea tuvo que ver con la marcha del 24 de marzo. Por un lado, se propuso que la asamblea se pronuncie por una marcha unificada el 24 de marzo y que haga llegar esta posición al Encuentro Memoria Verdad y Justicia (EMVyJ) del cual AGD participa desde su fundación. En definitiva, una marcha con Kicillof y Daer, o sea el PJ. El planteo se había hecho al comienzo de la asamblea, pero la conducción de AGD no desarrolló a fondo una crítica a esta posición, ni planteó una marcha política independiente de los partidos patronales, que colaboran con el gobierno e ilegalizan las huelgas en la provincia de Buenos Aires, y reciben luego el aplauso de Adorni.
El debate no progresó, se pateó la pelota para el final. Cuando se insistió con la moción, la conducción de AGD a manos del Partido Obrero oficial que presidía la asamblea, con mayoría de militantes presentes, gritaba: “no podemos votar esto porque si no nos tenemos que quedar hasta las once de la noche debatiendo”– un argumento que raya la necedad. Terminó improvisando una moción pretendidamente alternativa: pronunciarse por un documento propio y una columna propia del EMVyJ. Es evidente que se puede ir a una marcha unificada en una columna propia y con un documento propio. Algunos comentaron que la conducción de AGD solo está dispuesta a que se vote lo que ellos proponen. Pero es más que eso. Es una política de eludir controversias, para no tener que delimitarse ni oponerse a la moción de la marcha unificada así como estaba planteada.
De haberse dado el debate en forma abierta, hubieran emergido con claridad las diferentes posiciones al respecto: 1) La marcha unificada sin delimitación con el PJ y el kirchnerismo. 2) La marcha unificada con columna y documento alternativo como promueve el FITU. 3) Nuestra posición de marchar por separado, manteniendo la delimitación e independencia histórica o tradicional del EMVyJ.
Existe un problema de método que afecta las asambleas y la orientación del gremio. La delimitación del PJ y kirchnerismo es un punto crucial para los docentes, que se hace evidente en la reciente declaración del paro del 5 de marzo como “ilegal” por parte de Kicillof. Combatir esta orientación reaccionaria y defender la independencia de clase es central para que nuestra lucha supere la experiencia del año paso.
Eludir el debate, un síntoma siempre de impasse, promueve una política confusionista. Los trabajadores docentes de las universidades enfrentan un año de ataques, por un lado, y de lucha, por el otro. ¿Sirve a nuestra lucha marchar bajo la batuta de Kicillof y de los Kirchner? ¿La lucha y la victoria de los universitarios figura en la agenda de Cristina Kirchner – quien denunció a la docencia en un discurso de dos horas y media ante la Asamblea Legislativa? Marchar con el kirchnerismo es patear en contra de nosotros mismos
Frente a la cuestión estratégica de cómo desarrollar la lucha universitaria contra el ataque del gobierno privatizador, desde Política Obrera propusimos que el gremio convoque a comienzos de cuatrimestre asambleas interclaustros por cada facultad y colegio. Porque es en cada unidad académica donde se encuentran los docentes (afiliados o no), y también los estudiantes y no-docentes que podrían nutrir mucho más las asambleas y discusiones e impulsar acciones conjuntas. En cambio, las reuniones convocadas en la sede central de AGD o de forma virtual, dificultan una participación y un debate más amplios.
En ningún momento la conducción se delimitó de esta propuesta hasta que llegó el momento de votar. No quisieron que AGD convoque a interclaustros con el argumento de que cualquier tipo de reunión o asamblea era válida, por lo tanto proponer ‘interclaustros’ únicamente era una imposición. Lo que ocurre es que en algunos lugares, como por ejemplo Exactas, la conducción de AGD se ha unido a otras conducciones para convocar asambleas “intergremiales” que se contraponen a las asambleas “interclaustros” existentes y autoconvocadas. Este aparente juego de palabras expresa con claridad que, en los hechos, se inclina por la unidad por arriba con otros gremios conducidos por La Cámpora y no la unidad por abajo desde las autoconvocatorias. Elude los debates porque se prioriza el control de la asamblea y del gremio por sobre desarrollar posiciones y estrategia. Dicho de otro modo, si hacen explícitas sus posiciones deben enfrentar las contradicciones internas y las consecuencias que esto puede generar. El costo es no profundizar la discusión estratégica, lo que se traduce en estancamiento y una falta de iniciativa.
Otro punto donde esto se repitió tuvo que ver con realizar una acción independiente de las burocracias. Fue la propuesta de poner una fecha concreta para realizar una nueva jornada de clases públicas en Plaza de Mayo. Lo propuso un docente del CBC, nosotros reforzamos el planteo en nuestra intervención, pero cuando llegó a votación la conducción que preside la asamblea argumentó que “no podemos poner una fecha concreta porque hay ver qué pasa con otros gremios”. Para saber “lo que pasa en otros gremios” hay que ir con un planteo; lo contrario es el acuerdo con las burocracias, que no han tenido ningún resultado positivo.
Para enfrentar el ataque de conjunto contra la educación y la ciencia públicas que está llevando adelante el gobierno, es necesario promover la más amplia deliberación, participación y tener una iniciativa decidida para salir a la pelea. Impulsemos asambleas de docentes, estudiantes y no-docentes en las distintas unidades académicas. Que las asambleas generales del gremio se hagan en forma rotativa en diferentes facultades para que sean ellas mismas un acto de agitación y masificación. Demos un carácter amplio y democrático a los debates, donde las mociones se anoten, se lean tal como fueron presentadas, y se voten. Es necesario impulsar la lucha de forma vigorosa, con iniciativas propias, sin subordinarse a lo que decidan “por arriba” las federaciones que abonan el quietismo, y promoviendo la acción mancomunada de los trabajadores y estudiantes universitarios, en unidad con el resto de la clase obrera
Ver Resoluciones Asamblea Extraordinaria (26/2/25): https://agduba.org.ar/resoluciones-asamblea-extraordinaria-26-2-25/