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Durante la madrugada del viernes en la ciudad bonaerense cayeron casi 300 mililitros de agua. La ciudad todavía está completamente paralizada por la inundación, se debieron suspender todos los servicios y se cortó la luz adrede para evitar más víctimas. Hasta ahora son 6 los fallecidos.
Hasta el Hospital interzonal Penna -que atiende también a gente de otras provincias- debió ser evacuado.
El anegamiento también se extiende hacia otras localidades del sur de la provincia de Buenos Aires, como Tres Arroyos, Sierra de la Ventana y Monte Hermoso.
A pesar de que el municipio habilitó centros de evacuación, muchos vecinos tuvieron que autoevacuarse por sus medios debido a que defensa civil no dio abasto para atender a los damnificados. Hasta ahora son más de mil personas evacuadas. El servicio meteorológico había anunciado alerta naranja, pero para los bahienses estas alertas tienen una frecuencia casi semanal, desde que en diciembre de 2023 ocurriera un evento similar que se llevó 13 vidas debido a los fuertes vientos que volaron más de 10 mil techos, construcciones y árboles.
El intendente ya había anunciado que el cambio climático había llegado “para quedarse" y que había que “acostumbrarse a estos eventos”. Sin embargo, ni las previsiones meteorológicas ni las certezas del intendente sirvieron para que él o algún otro nivel del estado se digne a realizar las obras necesarias para prevenir las inundaciones.
La ciudad se encuentra atravesada por el arroyo Lapostá, que se desbordó por la lluvia y el agua que viene bajando por la montaña. Bahia Blanca no sufrió mayores inundaciones anteriores gracias al Canal Maldonado, cuya construcción data de la década del 50, pero esta vez también se desbordó debido al que se considera el peor temporal del que se tenga registro en Bahía Blanca. Es decir que la ciudad depende de las obras que se hicieron hace 70 años y, pese a reconocer el cambio climático, el estado municipal ni siquiera pide nueva infraestructura.
Por su parte, el cuervo Larroque, ministro para el desarrollo de Kicillof, dijo que habían hecho todas las inversiones para evitar las inundaciones. Las realidad lo desmiente.
El Gobierno nacional, que no reconoce el cambio climático ni la responsabilidad del estado en la obra pública, esta vez ni siquiera se acercó. Anunció que el sábado irá la ministra Bullrich. En el temporal de diciembre de 2023, Milei se había apersonado disfrazado de fajina solo para decirles a los damnificados que estaba perfectamente confiado en que los bahienses “van a poder resolver esta situación con los recursos existentes".
El Gobierno que paga intereses de deuda con la plata del ANSES y que subsidia a Galperin y a las empresas asentadas en Tierra del Fuego como la de la familia Caputo, se niega a usar dinero de los contribuyentes para ayudar a los contribuyentes ante la emergencia.
En Bahía Blanca, en la urgencia, se necesitan los recursos para atender a los damnificados que se siguen autoevacuando, pero además, los gobiernos nacional y provincial tienen que brindar los recursos para reparar las pérdidas materiales y atender las obras que eviten las consecuencias de nuevos desastres climáticos.