Un redituable pagaré a seis meses, para rescatar a Milei-Caputo

Escribe Marcelo Ramal

FMI, una operación parasitaria

Un redituable pagaré a seis meses, para rescatar a Milei-Caputo

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La “apertura del cepo” cambiario y la “flotación cambiaria” han desatado un clima de jolgorio en los círculos del capital financiero. La clave puede encontrarse en el comunicado de J. P. Morgan sobre Argentina. Este fondo recomienda traer dólares a la Argentina, colocarlos en el mercado financiero local -deuda del Tesoro o depósitos a plazo- y obtener rendimientos extraordinarios en pocos meses. Esta operación especulativa, conocida como “carry trade”, se había derrumbado con la corrida cambiaria que precedió al acuerdo con el FMI. Ahora, Caputo y su séquito de financistas anuncian su reconstrucción.

El gobierno sustenta esta tentativa en tres medidas adicionales a la flotación cambiaria. En primer lugar, convertir al “levantamiento del cepo” en una ficción. Es que la “libertad (cambiaria) avanza”, pero sólo para las personas físicas, porque excluye a empresas, al postergar indefinidamente la cancelación de deudas externas privadas o la remisión de utilidades al exterior. En segundo lugar, el Banco Central autorizó el “libre ingreso y egreso de capitales de no residentes” a través del mercado único de cambios, siempre y cuando esos capitales permanezcan al menos seis meses en el mercado financiero local.

Cerrando la salida de dólares a las empresas, por un lado, y, abriendo el ingreso de dólares especulativos, por el otro, el gobierno ha recreado la promesa de rendimientos extraordinarios en los próximos meses -desde ahora hasta las elecciones de octubre-. La tercera medida en danza se relaciona con la oferta de dinero circulante -base monetaria- que será controlada para asegurar una tasa de interés elevada. Si, como consecuencia de este combo, el dólar flotante se acercara al valor más bajo de la banda -1000 pesos el dólar- los rendimientos esperados de las colocaciones en pesos se auguran “sensacionales” (Ámbito Financiero 18.4).

La clave, la deuda en pesos

Semejante jolgorio de beneficios es el precio dispuesto a pagar por Milei-Caputo para impedir el estallido de la mayor bomba de tiempo sobre la que se asienta el esquema liberticida: la deuda pública en pesos, ahora integralmente asentada sobre el Tesoro Nacional. La operación de "carry trade" y la persistencia del “cepo verdadero” (a las empresas) es una tentativa extrema de sostener la renovación de los instrumentos de deuda en moneda nacional, impedir que sus acreedores la liquiden para comprar dólares y, en consecuencia, disparar por los aires la cotización del dólar.

El renovado "carry trade" es un gigantesco pagaré del Estado en favor del capital financiero, para sostener con vida al esquema económico que tuvo que ser rescatado por el FMI.

Quién paga

La cuestión de las cuestiones es: ¿quién paga esta operación parasitaria? La suba de la tasa de interés y un nuevo planchazo al dólar apuntan a un supuesto “freno a precios” que ya se han disparado en forma irreversible y que amenazan con llegar a 4-5 % en los próximos meses. Lo que queda por delante, en cambio, es recomponer los derruidos salarios frente a la renovada inflación. El “frenazo” cambiario y recesivo apunta a golpear sobre las negociaciones paritarias.

Pero, nuevamente, la clave de la cuestión se encuentra en la deuda pública en pesos que se ofrece a los capitales que vienen a especular a la Argentina y cuya garantía es el superávit fiscal. El acuerdo con el fondo eleva la exigencia de superávit primario del 1.3 al 1.6 % del PBI. La promesa de mayores exacciones al pueblo es el seguro de pago de esa deuda pública y, por lo tanto, el pasaporte para su valorización. Por esa vía, Caputo y Milei quieren volver al mercado internacional de deuda y refinanciar los enormes vencimientos de los próximos años.

En cualquier caso, lo que sustenta a la nueva “bicicleta” en curso son los ajustes por venir: la agenda que aplaude el capital financiero es la nueva reforma previsional, nuevos despidos de estatales y recortes a mansalva de los gastos sociales.

Sin perjuicio de esta confiscación, el "carry trade" de Milei-Caputo está lejos de tener el futuro asegurado. Los liberticidas quieren armar un refugio financiero en Argentina, cuando la crisis mundial está dinamitando los refugios reputados como más seguros. El capital agroexportador vela sus armas, porque el gobierno lo amenaza con “un dólar a mil pesos”. Como compensación, le ofrece a ese capital la alternativa de liquidar y volcar sus dólares al mercado financiero local -o sea, asociarse al "carry trade"-. Es una apuesta peligrosa, de cara a la devaluación inminente que esperaban.

El “nuevo” régimen cambiario y financiero augura choques todavía mayores a los que venían protagonizando los capitalistas antes del acuerdo con el FMI. Y plantea con urgencia un programa y una acción para defender las reivindicaciones obreras.

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