1° de Mayo: discurso de Camila Alanis, Presidenta del Centro de Estudiantes ISFD N°45 de Haedo

“La educación se ha convertido en un campo de pruebas del FMI”.

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Compañeras, compañeros, trabajadores reunidos aquí en Parque Lezama, antes que nada quería manifestar mi profundo orgullo de estar aquí, en este escenario, en un día tan significativo para nuestra clase. Compañeros, todo Primero de Mayo tiene un contenido histórico único. No es un día ni un acto cualquiera. Es una identidad del movimiento obrero internacional. Y para entenderlo en toda su completud, es menester extenderlo en todos los ámbitos del país. Tribunas que representen, defiendan y denuncien sobre esta fecha.

Siguiendo esta línea, el Día del Trabajador representa la lucha contra la explotación capitalista. Y en ella reconocemos los triunfos y las derrotas de nuestra clase. Política obrera, hoy aquí en Parque Lezama, desarrolla su acto bajo una consigna incisiva: ¡Abajo las guerras imperialistas! En este contexto, año 2025, enfrentamos el recurso agónico de la guerra como instrumento de salvataje de un capitalismo cada vez más descompuesto.

Este Primero de Mayo, compañeros, los trabajadores de todo el mundo estamos enfrentando un agravamiento de esta crisis. Ante mayores ajustes brutales, una sistemática destrucción del clima, de nuestro planeta y del sistema educativo. Hay una tendencia a la instauración de gobiernos por decreto y estados policiales. Como bien dijeron al principio los compañeros, todas estas manifestaciones se encuentran presentes en nuestro país.

En el caso de la formación docente en la provincia de Buenos Aires, venimos de un ataque directo a nuestras condiciones de estudio y nuestra calidad académica mediante reformas de planes de estudio y del mismo régimen académico. El gobierno de Axel Kicillof, en su sintonía con el gobierno liberticida, pretende barrer de cuajo los terciarios, e instalar bajo la excusa de adaptar la educación a los nuevos tiempos de trabajo un 30 % de virtualidad.

Compañeros, en ninguna de estas modalidades que ofrece el gobierno de Kicillof, el Estado se hace cargo de garantizar computadoras, la conectividad y mucho menos reacondicionar la infraestructura de los terciarios para poder ofrecer estas clases. Es decir, se responsabiliza al estudiante por su acceso a la cursada, desconociendo por completo la pobreza estructural actual que afecta a la mayoría de las familias del conurbano bonaerense. Una situación que quedó al desnudo con la pandemia.

Pero este ataque va más allá. En términos pedagógicos, diversas investigaciones coinciden en que esta modalidad virtual rompe con el acto pedagógico en sí mismo. Diluye el vínculo entre docentes y estudiantes y, además, reduce al docente a un mero "facilitador" de esta tarea. Esto es crucial. Porque existen dos modalidades de cursada: una que la plantean como plena que, uno si piensa presencialidad plena, piensa docentes y estudiantes en las aulas. No. La presencialidad plena implica también estar trabajando a distancia, dar clases por videoconferencia. La otra modalidad va más allá, que es la combinada, o asincrónica, donde el estudiante se transforma en un autodidacta. Esta última modalidad representa un enorme riesgo ya que abre a futuros ataques no solo pedagógicos, sino también laborales, facilitando la flexibilización.

Además, entre tantos ataques a los terciarios, este nuevo régimen de Kicillof elimina los 15 llamados que nosotros teníamos para poder rendir las materias. Es decir, rendíamos cada 5 años. Podíamos tener 5 años para rendir una materia. Ahora se reduce a 8 llamados, es decir, reduce a la mitad, a 2 años y medio. Y esto es importante, porque los profesorados, las unidades curriculares, es decir, las materias, son anuales. Este empeoramiento de las condiciones solo puede tener un resultado que es la expulsión y el alargamiento de las carreras. Esto recae sobre un estudiantado mayoritariamente trabajador y que debe sortear su trabajo, su vida y el estudio frente a una realidad que es cada vez más hostil.

Es interesante, porque pese a esta brecha entre el Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires y la provincia, en ambos casos el campo educativo se ha convertido en un laboratorio de recortes exigidos por la política del Fondo Monetario Internacional. La virtualidad es el caballito de batalla para garantizar la flexibilización laboral y la desinversión. Los institutos de la provincia de Buenos Aires no tienen edificios propios y los pocos que existen están en condiciones deplorables. A esto se le suma la desarticulación del movimiento estudiantil organizado y el intento de borrar del mapa a todos los profesorados.

Compañeros, en octubre pasado, tras una ardua campaña en un contexto donde el 60 % del estudiantado vive en condiciones de pobreza y le cuesta sostener las cursadas, nuestra agrupación, Construcción y Acción, logró conquistar el centro de estudiantes. Nuestra campaña tuvo este mismo eje, la convocatoria a asambleas para discutir un plan de acción y frenar el brutal ataque del gobierno provincial. Durante este proceso se llevaron adelante autoconvocatorias, asambleas, que impulsaron clases públicas, semaforazos, ollas populares, cortes de calle. Fue una cuestión de método y los resultados de la lucha se hicieron ver. Durante este año han transcurrido los ataques y se han profundizado por parte de los gobiernos en una tentativa de pulverizar a los profesorados.

Esta ofensiva contra la formación docente y el vaciamiento de nuestros institutos no es un fenómeno aislado. A nivel mundial se desarrolla una guerra abierta contra la educación. Basta con mirar el ejemplo reciente de la Universidad de Harvard, donde la presión del aparato estatal y político encabezado por Donald Trump forzó renuncias, persecuciones y una política de amedrentamiento con el objetivo de disciplinar el pensamiento universitario. Lo que está en juego es convertir a las instituciones educativas en meros brazos del discurso oficial, alineados con los intereses del capital.

En nuestro país, la quita de presupuestos, los cambios regresivos en los planes de estudio y el intento de cierres de profesorados se inscriben en esta tentativa. En nuestro instituto, el profesorado número 45 de Haedo, hemos dejado en claro que ante el avasallamiento de nuestras cursadas los estudiantes se reúnen, debaten, sacan conclusiones y se organizan. Ante el apriete a los compañeros que están cursando el último año del viejo plan, se convocaron reuniones y ahí se sacó la conclusión: organizarnos para poder obtener respuestas inmediatas. Por eso votamos sentadas, clases públicas y cortes de calle que se estuvieron manteniendo hasta hace dos semanas atrás.

Hay que ser claros: esta reforma, como bien dije con anterioridad, no ocurre en un contexto aislado. En todo el mundo, los institutos de formación docente son vapuleados. Y las carreras de formación secundaria es tarea de las universidades. Esa es la lógica que pretenden ocultar estas reformas. Volar de un plumazo los terciarios.

La lucha universitaria del 2024, el año pasado, marcó un rumbo. No solo se enfrentó a Milei, sino que desenmascaró toda la colaboración entre el gobierno nacional y la oposición patronal, del PJ, kirchneristas, macristas, radicales... Es decir, desde el Congreso se buscó blindar un programa antiobrero, cuyo corazón es el desfinanciamiento y el arrasamiento de la educación pública. En esta línea van las declaraciones de Grabois de hace unos días atrás, que nos planteaba que los docentes debemos trabajar todos los días retomando la idea de la esencialidad en un tono fascista, insinuando que quienes no lo hacemos deberíamos ser fusilados.

Para ir cerrando, compañeros, me parece que es importante remarcar qué frutos dio nuestra lucha. La semana pasada, gracias a estas convocatorias y demás, conseguimos que se nos respeten nuestras cursadas hasta fin de este ciclo, 2025. Este tiene un resultado con un efecto pedagógico profundo. Marca un camino para la defensa de los estudiantes que devendrán en trabajadores. La unidad entre estudiantes y la clase obrera es una tarea impostergable, así como la organización coordinada entre los institutos.

Ni un minuto de pausa. Asambleas, autoconvocatorias, lucha. Ese es nuestro desafío en los tiempos que corren.

Política Obrera está y estará presente en cada una de las luchas en curso.

¡Viva el Primero de Mayo! ¡Viva la clase obrera! ¡Abajo las guerras imperialistas! Muchas gracias.

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1° DE MAYO | Intervención de Camila Alanis - Pdta. Centro de Estudiantes ISFD N°45 de Haedo

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