Juan José Mussi y el Covid 19 en Berazategui

Escribe Sergio Salgado

Una nueva perspectiva se abre paso entre los trabajadores municipales.

Tiempo de lectura: 3 minutos

El camaleónico y cuasi octogenario “barón del conurbano”, Juan José Mussi, retomó la Intendencia de Berazategui el pasado 10 de diciembre. Mussi inició el 2020 con más de 70 despidos de trabajadores municipales, contratados precariamente por años, a los que no renovó contrato, afectando áreas como cultura, desarrollo urbano y ¡salud! En este cuadro, de ajuste, Mussi inauguró el período de cuarentena y “aislamiento social” por el Covid19, con una intensa campaña de demagogia a través de la prensa local, que come gracias a la pauta publicitaria oficial.

Mussi hace lo que mejor sabe hacer: teatralizar un rol activo y presentar al Estado municipal, como “presente a disposición de la población”. Todo el aparato publicitario del Municipio hace gala del cumplimiento de las restricciones, “quedate en casa” ha pintado como su “slogan” en las paredes del Distrito. Emisiones de “Facebook live” con anuncios grandilocuentes de “inversiones” “desinfección”, “limpieza” “atención a los sectores vulnerables”, que no pasan de una puesta en escena, ya que estos anuncios no se concretan en la profundidad de los barrios, donde avanzan la miseria, el hambre, el deterioro de la infraestructura de servicios, -especialmente el suministro de agua- y la contaminación. Hasta las fumigaciones ante la extensión del dengue son ultralimitadas.

Tanto la epidemia de dengue, como la pandemia del coronavirus, deberían demandar del Estado municipal y su presupuesto, un esfuerzo de inversión e implementación de protocolos de saneamiento y sanitarios que Mussi incumple, no sólo con la masa de la población sino particularmente con los trabajadores municipales. En abril pasado, Mussi tuvo que hacer frente a una fulminante y victoriosa huelga de los trabajadores de higiene urbana y recolección, quienes se plantaron a la Intendencia por ser obligados a trabajar casi sin la provisión de elementos de protección sanitaria – apenas un par de barbijos y guantes descartables, sin provisión de alcohol en gel, ni ninguna protección eficaz, sin testeos, tomas de temperatura al ingreso y egreso del personal, sin desinfección de la ropa de trabajo, sin agua en los vestuarios del principal obrador del sector. La crisis detonó ante un caso de covid19 que afectó a un trabajador mecánico de los camiones municipales, y la sospecha de que otros 11 podrían haber “caído en la volteada”; entonces, estalló la bronca contra los jefes y supervisores, llegándose a ver escenas de “pugilato” contra miembros del Ejecutivo municipal. Mussi hizo bajar al secretario de Obras Públicas, Juan Carlos Valor, para tratar de apaciguar los ánimos, allanando parcialmente soluciones a parte de los reclamos.

Para el PO (T) de Berazategui, esta huelga, como la que protagonizó este mismo sector de trabajadores en octubre de 2019, y que conquistó una recategorización salarial, reviste una importancia, que a pesar del tiempo transcurrido merecen ser balanceadas. 1) Abrió la posibilidad a la elaboración de un protocolo sanitario por parte de los propios trabajadores, parcialmente impuesto a la patronal municipal. 2) La huelga surgió bien de abajo, de un nuevo activismo, no encuadrado en los gremios burocráticos (STMB y UOEMB) ausentes y “pintados”, ruedas auxiliares de la gestión mussista. 3) Hizo retroceder a la Intendencia en las amenazas de sanciones, descuentos salariales, y desvaneció por el momento la amenaza de retocar a la baja el pago de los sueldos de mayo y junio, con el argumento de “una caída de la recaudación”. 4) La emergencia de un nuevo sindicato, con simple inscripción gremial, cuya normalización se encuentra demorada por el Ministerio de Trabajo en el cuadro de la pandemia, pero que se reivindica antipatronal, partidario de la democracia sindical, implementa asambleas de sector y busca ser un canal de reanimamiento sindical ligándose al movimiento obrero combativo de la zona sur.

El PO (T) que acompañó solidariamente ambas huelgas, poniendo el cuerpo, respalda a este nuevo activismo sindical, y busca orientarlo para educarlo en la escuela del clasismo sindical. Teniendo en cuenta el estado de quebranto financiero de Nación, la Provincia y los Municipios, estamos precavidos, que los trabajadores del sector público serán nuevamente blanco de ataques del gobierno FF-Kiciloff-Mussi, entre ellos el hilo más fino, se corta por los trabajadores municipales, el sector más precarizado, con los salarios más bajos del escalafón de estatales. Llamamos a los municipales de Berazategui a prepararse para las futuras peleas, que vendrán inexorablemente, y hacer valer el acervo de lucha que han sabido acumular.

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