El Gobierno no homologa ni siquiera la paritaria de miseria de Cavalieri

Escribe Pablo Busch

Los trabajadores debemos pasar a la acción.

El Gobierno no homologa ni siquiera la paritaria de miseria de Cavalieri

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El Sindicato de Comercio difundió ayer un acta de acuerdo paritario para los meses de abril a junio, que no se mueve un milímetro de la paritaria a la baja generalizada. Los mercantiles recibirán un aumento no remunerativo del 1,9% en abril, 1,8% en mayo y 1,7% en junio. Todo sobre los básicos vigentes de marzo, es decir que son no acumulativos. Una miseria en toda la línea.

También se acordó el otorgamiento de una suma fija no remunerativa, la cual se abonará fraccionada de la siguiente manera: $ 35.000 en abril, $ 40.000 en mayo y $ 40.000 en junio. Estos últimos $40.000 se incorporarán a los básicos a su valor nominal, en julio próximo. Las sumas fijas son presentadas por los dirigentes de Comercio como la herramienta para ganarle a la inflación, aunque son insignificantes: sumando el aumento del básico y la suma no remunerativa, los básicos de los empleados de Comercio rondarán entre 1 millón y 1,1 millones de pesos a mediados de año.

La novedad política es que el secretario de Trabajo, Julio Cordero, citó para esta tarde a Armando Cavalieri y a las cámaras, luego de que el Ministerio de Economía de Caputo objetara el aumento del 5,4% para el período abril-junio. Caputo objeta esos porcentajes porque superan el 1% mensual que busca imponer en las negociaciones para sostener la ´desaceleración inflacionaria´.

Mientras entre los trabajadores crece un clima de reclamos por la recuperación del salario (UTA, UOM, Desmotadores, Docentes, etc.), desde el Gobierno plantearon que los sindicatos deben “abandonar la idea de atar las paritarias a la inflación y que deben negociar los salarios básicos -más bajos- para permitir que las empresas tengan margen de otorgar aumentos más altos al personal que demuestre un incremento de la productividad, por ejemplo” (Infobae, 6/5). “La paritaria tiene que ir para abajo de la banda y después está el salario más alto, que es el que se le paga a los mejores”, definió un funcionario libertario, que propone una suerte de cambio cultural de los sindicalistas para negociar las paritarias sin la inflación como un parámetro (ídem).

La respuesta de Cavalieri a la no homologación anticipa que habrá “fumata blanca” con el Gobierno y, sobre todo, que está descartada cualquier lucha del Sindicato por la recuperación del salario de los empleados de Comercio. Cavalieri “afirmó que su sindicato arrastra una pérdida salarial del 20% en el primer trimestre y anticipó que si el Gobierno insiste en no homologar la paritaria “dialogaremos para saber qué es lo que pretenden” y agregó: “Esperamos convencer al sector empresario de que pague igual el aumento. No es una diferencia abismal. Para un supermercado, pagar un 1% de aumento salarial no es una catástrofe".

Cavalieri incluyó una “avivada” en el acuerdo para prevenirse del veto del Gobierno. En la cláusula décima, se plantea que “Es condición suspensiva inicial para la validez y exigibilidad de este acuerdo, su previa homologación por parte de la Secretaría de Trabajo de la Nación, lo que así solicitan las partes. Para el caso de estar pendiente la homologación del acuerdo y se produzcan vencimientos de los plazos pactados para el pago de los incrementos en la forma escalonada prevista, los empleadores abonarán las sumas devengadas con la mención “Pago anticipado a cuenta del Acuerdo Colectivo Abril 2025”, el que quedará reemplazado y compensado por los rubros correspondientes una vez homologado el acuerdo” Es decir, el acuerdo de Comercio se autohomologaría sin necesidad de la aprobación del Ministerio de Capital Humano. Algo así como la Reforma Laboral firmada por el Sindicato Camionero de Santa Fe, que sigue sin ser homologada pero ya está en vigencia por parte del 95% de las patronales. En realidad, la cláusula décima deja en el limbo a los trabajadores mercantiles: si las patronales quieren pagar la paritaria, la cobran. Pero si no, no es exigible legalmente hasta su homologación.

Al Gobierno más antiobrero de la historia no lo vamos a derrotar con avivadas leguleyas y mucho menos con el ´diálogo´ infinito de la burocracia de Cavalieri y la CGT, sino con una rebelión popular nacida del odio de clase que crece en la clase obrera. Es hora que los trabajadores tomen en sus manos la defensa de sus salarios y de sus condiciones de trabajo, impulsando asambleas en los lugares de trabajo, desarrollando autoconvocatorias por un básico de 2,5 millones de pesos y poniendo en pie coordinadoras zonales para llevar adelante acciones. El camino de la huelga general es el único camino a la victoria.

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