Toyota: despidos y suspensiones de la mano del SMATA

Escribe Pablo Busch

El progreso tecnológico redunda en un retroceso histórico de la clase obrera.

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La empresa Toyota comunicó que paraliza totalmente sus actividades desde esta semana hasta fines de julio. Son más de dos semanas durante las cuales se robotizará el sector de Soldadura, donde trabajan aproximadamente unos 500 operarios. Los trabajadores serán suspendidos con un pago del 78% del salario básico, por lo que percibirán, por el descuento de los premios, aproximadamente la mitad del sueldo.

La empresa califica la parada como una “parada técnica para incorporar nueva tecnología”, aunque tiene implicancias directas sobre los trabajadores. Los despidos presentados como “individuales” ya suman arriba de 200 en lo que va del año, argumentados por la baja de ventas y la reducción de personal del sector Soldadura. Entre la ola de retiros voluntarios y los despidos, Toyota redujo aproximadamente 700 puestos de trabajo.

Es falso lo que se dice en los medios sindicales de que la relación SMATA-Toyota está totalmente rota. Es exactamente lo contrario. A partir de la intervención del SMATA central, la actividad gremial de la fábrica controlada por la Comisión Interna ha sido aniquilada por la motosierra de Toyota, despidiendo y arreglando al 90% del cuerpo de delegados. El hijo de Pignanelli recorrió los sectores explicando que la representación gremial integral de los trabajadores de Toyota la haría él en persona.

Desde la intervención del hijo de Pignanelli, el activismo vive un clima irrespirable: “Van despidiendo. Primero despidieron a los delegados gremiales, luego a colaboradores de la mesa del Movimiento y ahora están buscando conexiones que tengan los empleados con ex delgados”, relataron a Infogremiales. “La metodología parece ser siempre la misma: 'Te llaman antes del turno para que no te presentes y te rebotan en los molinetes. O te llaman 15 minutos antes de finalizar el turno a Recursos Humanos para que vayas con tus cosas y te despiden'”.

El progreso tecnológico del mundo del trabajo, desarrollado por la clase obrera, es acaparado sin discusión por los beneficios del capital. Una mejora notable en la forma de producción de automóviles debería redundar en una mejora en las condiciones de trabajo y de vida de los productores de Toyota. Sin embargo, redunda en un incremento de la desocupación y en la continuidad de ritmos de trabajo que le rompen el cuerpo a los trabajadores más rápido que en cualquier otro trabajo. En el año 2021, el CEO de Toyota reclamaba en los medios que no encontraba personal capacitado en la zona de Zárate Campana para tomar en la empresa, luego de haberle roto la espalda y despedido a casi toda la juventud capacitada de la zona.

Solamente una corriente sindical que luche por el socialismo, es decir por el fin del régimen de explotación capitalista, puede plantear una salida. Un planteo que defienda los intereses de trabajadores debe partir del rechazo a los despidos, y del reparto de las tareas y las horas disponibles entre todos los trabajadores. Para luchar por ello es necesario recuperar la herramienta de la organización interna e impulsar una lucha a fondo para que exista una verdadera democracia sindical interna de la planta. Luchemos por arrancarle a la patronal y al SMATA elecciones de delegados por sector. Que se conforme una comisión de seguridad y una nueva Comisión Interna, que despojen al “hijito de papá” Pignanelli de la representación de los miles de trabajadores de Toyota.

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