La impunidad del crimen de Otoño Uriarte

Escribe Elena Florín

La complicidad del Estado con las redes de trata.

La impunidad del crimen de Otoño Uriarte

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Apenas cinco meses después de dictarse condena contra cuatro acusados por la desaparición y el femicidio de Otoño Uriarte, parte indudable de una red más amplia e imbricada, la sentencia fue revocada y ellos absueltos.

En octubre de 2006, en Fernández Oro, una localidad del Valle del Río Negro, desapareció Otoño Uriarte, una jovencita de dieciséis años. Seis meses después, en abril de 2007, su cuerpo apareció en un canal de riego de Cipolletti, a pocos kilómetros de su pueblo.

El padre de Otoño, Roberto Uriarte, hizo la denuncia de secuestro inmediatamente, pero fue sistemáticamente desestimado. La jueza María del Carmen García tomó el caso, pero lo caratuló originalmente como “abandono del hogar”. Luego, en una segunda etapa, la Justicia reconsideró la hipótesis del secuestro y empezó a investigar los movimientos de una posible “red de prostitución y trata de menores”. En ese marco, hubo escuchas telefónicas a la comisaría de Choele Choel. Se registró así, a principios de noviembre, el diálogo entre un proxeneta y un presunto policía acerca de “una chica nueva, de La Pampa” a la que tenían que adulterarle la edad, poniendo al descubierto, con pruebas fehacientes, la connivencia entre el Estado y estas bandas.

Así pasaron dieciocho años. Un padre que no dejó de reclamar y un movimiento popular que crecía exigiendo el desmantelamiento de las redes de trata.

El caso de Otoño, oriunda de El Bolsón, es un caso emblemático de la existencia de redes de trata, amparadas por los poderes del Estado.

Ahora, a cinco meses de la condena de los cuatro implicados, el Tribunal de Impugnación de Río Negro resuelve revocar la sentencia dictada en el juicio por el femicidio de Otoño Uriarte y absolver de culpa y cargo a los cuatro acusados, con argumentaciones cuestionables, respecto a los exámenes de ADN, el estado de las muestras recogidas y su identificación, amparadas en buena medida en las deficiencias deliberadas de la investigación. Roberto Uriarte expresó “seguir esperando algo del Poder Judicial es en vano” y que “allí no está ni la justicia, ni la memoria, ni la verdad por Otoño”.

Esta resolución judicial -repudiada por la población y los colectivos de mujeres- no debe sorprendernos. Un gobierno que promueve el blanqueo de capitales sin la menor investigación sobre sus orígenes, al mismo tiempo una Justicia cómplice del Poder Ejecutivo del momento quedan claramente expuestos en este caso.

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