Escribe Julio Gudiño
No es el camino.
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La lista Negra, orientada por el Partido Obrero, convocó para este jueves 21 de agosto a una movilización a la Plaza de Mayo contra las “importaciones indiscriminadas, que reemplazan la mano de obra argentina, y por nuestras paritarias”.
La movilización coincide con el inicio de un nuevo paro por ocho horas contra las propuestas de rebaja de salario que insistentemente las patronales llevan a cada audiencia en la Secretaria de Trabajo de la Nación. Frente a la intransigencia de la patronal, la dirección del SUTNA respondió con paros aislados y pedidos de intervención del Ministerio de Trabajo provincial en favor de los trabajadores. Esta política ha fracasado y las pruebas están a la vista: la paritaria 2024-2025 vencida desde hace ocho meses en un cuadro de inflación creciente, de despidos masivos y flexibilización laboral.
El SUTNA plantea la defensa del “trabajo argentino” y “la reincorporación de los despedidos” por medio de la administración del comercio exterior (“importaciones indiscriminadas”), con la expectativa de que el cierre de las importaciones redunde en un viraje de las patronales hacia el convenio colectivo. Eso no va a ocurrir: Milei ha ordenado ajustes mensuales del 1% con independencia de otras condiciones de producción. Aboga, asimismo, por la quiebra del derecho laboral. Teme incluso que un arancel a las importaciones o una prohibición sea respondido con mayores aranceles, por parte de Trump y otros Estados capitalistas, contra exportaciones argentinas. El freno a la importación no es una reivindicación de Pirelli o Bridgestone que, en tanto empresas internacionales, manejan la producción nacional o la importación indistintamente.
El aparato del PO, ahora con este planteo, debilita la lucha contra los despidos y por el convenio colectivo. En lugar de concentrar las demandas de los trabajadores, las dispersa, además de introducir una enorme confusión. El propósito de esta orientación es sobrevivir hasta las elecciones del Neumático dentro de pocas semanas. Una cosa es el monopolio del comercio exterior por parte de un gobierno de trabajadores. Otra cosa muy diferente, es tomarlo como eje para persuadir a un gobierno de los grandes capitales financieros y pro-imperialista.
Las patronales del neumático están en una posición ofensiva desde mucho antes de la “apertura indiscriminada de importaciones” por parte del gobierno de Milei-Caputo. A fines de 2022 las patronales comenzaron con despidos por goteo y en 2023 fueron a fondo con su política de despidos masivos directos y encubiertos (retiros voluntarios). Sergio Massa, ex candidato a presidente por Unión por la Patria, hoy Fuerza Patria, amenazó con la apertura de importaciones con el objetivo de quebrar la huelga general y la ocupación de la sede del Ministerio de Trabajo nacional que había iniciado el SUTNA, luego de confusiones y tergiversaciones. Cuando esta huelga crecía, ganaba la simpatía de amplios sectores obreros y “derramaba” sobre otras ramas industriales, como la industria automotriz, el súper ministro Massa lanzó la advertencia de que “Si mañana, eventualmente, no se resolviese el conflicto, vamos a habilitar a las empresas fabricantes como importadores de emergencia y les vamos a habilitar la posibilidad de importar todos los neumáticos que necesiten para abastecer a las automotrices” (Eleconomista.com.ar, 27/09/22). Como se ve, cuando las patronales y su Estado deben enfrentar una lucha decidida de los trabajadores no ahorran en recursos extorsivos como la apertura de importaciones. Aquí no hay distinción entre “libertarios” y “nacionales y populares”.
El FITU y el Plenario del Sindicalismo Combativo son convocantes de la movilización contra las “importaciones indiscriminadas”. Así lo resolvieron el pasado 16 de agosto en la Facultad de Ciencias Sociales de la UBA. El PTS, en otra voltereta oportunista, será de la partida a pesar de que haya denunciado en el 2020 como al SUTNA como “peronista” por reclamar contra las importaciones. Según el PTS de entonces, eso colocaba al Sindicato “objetivamente” en el campo de la burguesía nacional. La unanimidad del FITU en apoyo a esta consigna, cuando sus partidos se encuentran mortalmente enfrentados en la disputa electoral del sindicato, confirma que carecen de un programa y un planteo alternativos a los del oficialismo de la Negra.
En la lucha intercapitalista, la administración del comercio exterior es un arma de una fracción que utiliza contra otras fracciones. Pero también es un arma de doble filo, porque puede sufrir represalias en el crédito internacional y en el encarecimiento de insumos para la producción. La ignorancia del FITU acerca del financiamiento del capitalismo es colosal. Por caso, la administración del comercio exterior en manos capitalistas no tiene la capacidad de frenar ninguna ola de despidos, ni servir a la recomposición ascendente del salario. Todo lo contrario.
Lo que necesitamos para vencer a las patronales en la negociación paritaria es una Asamblea General del gremio para votar un plan de lucha que prepare una huelga general indefinida con piquetes de fábrica.
