Desocupados y precarizados: recuperemos todas las conquistas arrebatadas

La crisis económica golpea duramente sobre todo a los sectores más empobrecidos que representan hoy el 39 % de la población. La indigencia se coloca en un 8,5 % (según la UCA), que se profundiza golpeada por el hambre, la falta de trabajo, las changas cada vez más escasas donde ya no se vende casi nada en las ferias y en la calle. No hay plata, este es el tema cotidiano en los barrios.

Sin ir más lejos, el día de ayer podíamos ver cómo ante la caída de un camión frigorífico por un accidente de tránsito en la provincia de Mendoza, ante las reses tiradas en la circunvalación de Guaymallén, se agolparon cientos de mendocinos tratando de obtener un poco de carne. Finalmente, la policía reprimió violentamente con balas de goma y gases lacrimógenos para impedir que tomen la carne generando un largo enfrentamiento.

En el día de hoy, sectores de desocupados del Frente Piquetero salieron a las calles desde Plaza Constitución al Ministerio de Capital Humano denunciando que, mientras se retiró los alimentos a todos los comedores en diciembre del 2023, este retiro de los alimentos se realizó sin ninguna auditoría o relevamiento, como se pudo conocer este 20 de agosto en una respuesta a un pedido de información pública. Desde el ministerio de Sandra Pettovello confesaron que nunca se realizaron dichas auditorías y, sin ese relevamiento, el retiro de los alimentos con la acusación de la inexistencia del 50 % de los comedores quedó demostrado a vista de todos como una infame operación.

Esa operación de los liberticidas fue el inicio de un ataque a las organizaciones de desocupados y a todos los sectores que salían a luchar. Contó con el protocolo antipiquetes con la finalidad de terminar con todos los reclamos. Salta a la vista que fue toda una situación creada, de mentiras, difamaciones y acusaciones a las organizaciones. El único que se apropió la mercadería fue el propio ministerio de la mano del gobierno de Milei, que la dejó pudrir en sus galpones y que cuando fue obligado a distribuirlos, lo hizo entre grupos religiosos amigos.

A la dura situación económica se suma la falta de trabajo, agravada por el cierre de fábricas con despidos y suspensiones. Los comedores ahora se sostienen con muy escasos alimentos, que algunos municipios y provincias no pudieron retirar debido a los reclamos y la organización en los barrios. Estos espacios hoy se ven desbordados por la asistencia creciente de más vecinos necesitados, jubilados, changarines y trabajadores de bajos ingresos.

Estamos ante un gobierno que ajustó brutalmente a la clase obrera y que quitó derechos para cumplir con el pago de la deuda, pero que ahora tiene que recurrir a un nuevo endeudamiento para evitar el default. A Milei se le vino encima la estantería de mentiras sobre el superávit, el crecimiento económico y sobre las reservas que no acumuló.

Los reclamos de entrega de los alimentos a los comedores, el trabajo bajo convenio, la actualización del monto para los planes sociales y la AUH, de obra pública para el ingreso de desocupados al trabajo, son reclamos que se conquistan en la lucha callejera como hicieron los piqueteros desde sus inicios. Trabajemos por una gran jornada unitaria de todas las organizaciones de lucha.