Escribe Mariano Hermida
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El principal sindicato nacional docente CTERA lanzó el llamado a un paro nacional docente para el próximo martes 14, en dos semanas. La medida está encuadrada dentro de un “plan de lucha” que no es tal porque en la previa al paro solamente se convocarán una serie de “conferencias de prensa”.
La medida de fuerza no fue votada por ninguna asamblea, ni plenario de delegados de escuela. La docencia se ha enterado -como de costumbre- por WhatsApp. El último paro nacional de CTERA ocurrió hace cinco meses. En el medio tuvo lugar una enorme rebelión docente en Catamarca y múltiples paros docentes en Santa Cruz.
La principal consigna es “la escuela enseña y construye esperanza”, es decir sin reivindicaciones ni denuncias políticas. El pliego contempla exigir “el financiamiento educativo, la restitución del FONID, la paritaria nacional docente, el sistema previsional y los salarios” (CTERA, 29/9). Todos estos planteos ya han sido desmantelados por el gobierno de la motosierra de Milei desde el día uno de su gobierno, sin que la CTERA haya hecho absolutamente nada para impedirlo. Sobre el tema salarial, no colocan un monto definido. Se conforman con la devolución del FONID, un dinero en negro que pagaba el Estado Nacional, y que de todas formas Milei no devolverá. En todas las provincias (empezando por Buenos Aires) han firmado paritarias a la baja, dejando a los salarios docentes por cargo, por debajo de la línea de la pobreza. El gobernador Kicillof viene de cerrar un acuerdo con los bonistas de la deuda provincial, a costa del salario y las condiciones laborales de la docencia.
El objetivo político de la huelga es, entonces, descomprimir la bronca creciente contra el gobierno liberticida. No tiene por fin desenvolver una lucha contra el gobierno ajustador de Javier Milei, ni preparar una rebelión popular -el ´plan de lucha´ termina con el paro del 14 de octubre.
Es un deber señalar sus límites insalvables, para aprovechar la indignación popular, para asestar golpes decisivos contra el gobierno liberticida con los métodos de la clase obrera.
Nuestra corriente, Tendencia Docente Clasista, impulsará el paro mediante asambleas y mandatos de escuela con un programa: salario mínimo de $2.000.000 de pesos por cargo, todo al básico, por un congreso educativo que derogue las actuales reformas educativas precarizadoras y discuta un plan de estudios y métodos de enseñanza. Defensa del régimen jubilatorio docente.
