Escribe Walter Sánchez
Un nuevo recorte de servicios de la empresa que administra la línea 707 perjudica a los trabajadores.
Tiempo de lectura: 2 minutos
Por tercera vez, la empresa Micro Ómnibus General San Martín Sociedad Anónima (MOGSMSA), que gestiona las líneas 700, 333, 407, 437 y la 707 (todas municipales) implementó, desde el lunes 14 de octubre, un rígido ajuste en sus recorridos, esta vez en la estratégica línea 707, carteles AZUL, ROJO y VERDE, dejando amplias zonas de Boulogne y Villa Adelina sin el vital servicio de transporte. La nueva diagramación (con un Ramal A que fusiona los antiguos carteles Verde y Azul, y un Ramal B que une el Verde y el Rojo), resulta en un aislamiento geográfico para escuelas y barrios. Por citar un ejemplo, el ex 707 cartel Rojo ahora comienza en la Estación Villa Adelina y no en el bajo Boulogne dejando toda esa zona sin cobertura. Otro ejemplo: un punto estratégico para los trabajadores, como la intersección de Paraná y Panamericana, en Villa Adelina, también quedó sin cobertura.
De igual manera, la ex 707 Azul ya no brinda servicio a Villa Jardín y Barrio San Isidro. Esta situación perjudica también a las escuelas de la zona, como las primarias N° 24, la 17 y la 33. En el caso anterior, como el cartel Rojo ya no recorre la avenida Paraná, perjudicó a la escuela secundaria N° 11 de Villa Adelina, donde una parte importante de su alumnado viene de Boulogne. La línea 707, al ser municipal, cumple un rol central en la conexión de las seis localidades del distrito: Martínez, Acassuso, San Isidro, Beccar, Villa Adelina y Boulogne.
Esta situación no es nueva: la empresa ya había logrado fusionar en junio los ramales Rojo y Blanco de la línea 700 y anteriormente se quiso recortar el servicio del cartel Azul dejando aislado el barrio Villa Jardín, pero una movilización autoconvocada de vecinos lo impidió y la empresa tuvo que retrotraer la medida. En agosto de este año los choferes empezaron una huelga por tiempo indeterminado ante el no pago del salario.
Toda esta reestructuración se hizo con el aval del intendente Ramon Lanús, que en la página web del municipio justifica la medida argumentando que “…este cambio mejorará la eficiencia del servicio y aumentará la frecuencia de los colectivos, para que los vecinos tengan menos tiempo de espera...”. Toda una tomada de pelo a los trabajadores sanisidrenses.
Los empresarios argumentan que la causa de la crisis es el recorte de subsidios, sumado a que no les permiten aumentar el boleto. Ocurre que, desde comienzos de 2024, el Gobierno Nacional reformuló el esquema de subsidios al transporte. El modelo, hasta entonces, subsidiaba centralmente los kilómetros recorridos y los costos operativos de las empresas, pero fue reemplazado por un modelo basado en la demanda de pasajeros, utilizando los datos de la tarjeta SUBE como referencia. Es decir, ahora depende de la cantidad de pasajeros transportados, poniendo en crisis recorridos y horarios de menor demanda del AMBA. Sin embargo, los empresarios utilizaron estos subsidios para invertir en sus variados negocios, como denunciaron, hace unos años, los trabajadores de la 60.
La defensa del transporte público es parte de la lucha general contra el ajuste fondomonetarista. Solo una salida obrera y socialista puede garantizar un transporte público bajo control de los trabajadores, al servicio de las necesidades sociales y no del lucro empresarial. Desde Política Obrera estamos recorriendo el barrio, haciendo campaña en las redes y “citadas” en las paradas de colectivos con el objetivo de armar una gran autoconvocatoria de vecinos para derrotar este ajuste.
Exigimos: Apertura de libros contables de la empresa. Pago en tiempo y forma de los salarios y ningún despido. Recomposición de ramales y recorridos dados de baja.
