Docentes de Ezeiza: despunta la crítica de la docencia a las reformas educativas

Escribe Cristian Cañete

Tiempo de lectura: 4 minutos

Como ocurrió en toda la provincia de Buenos Aires, el pasado 3 de diciembre, en Ezeiza también se realizó la “jornada docente” para tratar varios documentos vinculados a la transformación que se viene: un cambio radical en los contenidos que se imparten en la educación secundaria.

En nuestro distrito se congregó a todos los docentes del nivel secundario del sector estatal en un mismo establecimiento (a diferencia de otros distritos que dividieron el plantel docente en varios colegios) mientras que a los docentes del sector privado se los congregó en otro colegio. La Tendencia Docente Clasista distribuyó profusamente nuestra declaración provincial, la cual tuvo muy buena acogida entre los concurrentes. En la misma se señalaba, sin medias tintas, que la jornada era “una puesta en escena para avanzar en el recorte de los diseños curriculares”.

En todos los debates que recorrieron al conjunto de las comisiones afloró la grave crisis que atraviesa la educación pública. En matemática, por ejemplo, se expuso la gran carencia de saberes que presentan los estudiantes que pasan de la primaria a la secundaria, en muchos casos sin el dominio de las operaciones básicas. Algo similar se constató en Lengua, donde los docentes señalan que una parte creciente de estudiantes llegan al secundario sin dominio de la lectoescritura. Lo mismo puede decirse de los estudiantes que egresan, donde la distancia entre el secundario y la universidad se agiganta de año a año. Pero donde más preocupación surgió fue en las comisiones de las materias del campo de las ciencias sociales y naturales, donde la reforma proyecta ir a la fusión y cierre de materias, algo que afectará drásticamente a los docentes que ven peligrada su continuidad laboral, pero que también impactará negativamente en la formación integral de los estudiantes.

Farsa

El gobierno de Kicillof llevó adelante una reforma del régimen académico sin consultar a la docencia. Una reforma educativa impuesta desde arriba, sin la participación de la docencia, es un hecho anti educativo por definición. Dicha reforma ya lleva un año. Modificó las condiciones de ingreso y egreso de la secundaria, así como la permanencia y las condiciones de aprobación de las materias, produciendo una sobrecarga laboral a los docentes y un descalabro educativo inenarrable, donde cada escuela actúa según su criterio para salvar los errores del nuevo régimen. Lamentablemente el ministro Sileoni, promotor de la iniciativa, no se quedó a observar los ‘grandiosos’ resultados de su criatura, porque el mismo renunció a la cartera educativa en noviembre pasado, acusando “cansancio”. Un abandono que veía venirse desde junio, pero que según trascendió la prensa, lo hicieron aguantar hasta que pasen las elecciones.

Es en este sentido donde entra en juego la jornada docente del 3, para actuar de justificación para la implementación de las modificaciones a los contenidos que se están diseñando tras bambalinas, y que la docencia desconoce.

El método desarrollado es completamente pérfido: convocan a los docentes, los hacen formar grupos, y les proponen debatir un texto que es un recorte de un tema puntual. Dicho texto tiene que ser leído y analizado en el momento. Cada grupo en un breve lapso de tiempo debe leer, debatir, sacar alguna conclusión, y presentarla. Luego en la comisión se reúnen las conclusiones de los grupos, y se engloba/resume en una conclusión común. Luego, lo propio, se engloba/resume las conclusiones comunes de cada comisión, en una nueva generalización. Así llegamos a una elaboración fácilmente manipulable. Además, claro está, no es una consulta “vinculante”: de todo este trabajo, el gobierno puede tomar y desechar lo que le plazca.

En los entresijos de los textos, algunos observaron un dato revelador: cuando se menciona a la educación básica, que actualmente abarca 1º, 2º y 3º, aparece incluido 4º año. Es decir que 4º pasará a la educación secundaria básica, con lo cual estamos en presencia de una virtual estación terminal para una parte importante del estudiantado, como idea general. El recorte de contenidos, y la entrega de los años superiores a la iniciativa privada forman parte del mismo paquete.

No hay que ser un genio para darse cuenta que para que se dé un verdadero debate, el gobierno debería distribuir el hasta ahora oculto borrador del proyecto entre la masa docente, con varios días de anticipación, para que el docente pueda leerlo y llegado el momento pueda realizar sus críticas y aportes con cierto fundamento. Además, los realizaría sobre el texto mismo, y no sobre un recorte de un texto que poco tiene que ver con la cuestión, y que solo sirve para producir un debate. Estamos ante una colosal tomada de pelo, y eso quedó de manifiesto en la jornada.

Proyección

No obstante, lo antedicho, el debate fue tomado muy en serio por los participantes, produciendo discusiones muy agudas. Desde hace muchos años ya, que ocurre que es el docente de aula el único actor del sistema educativo genuinamente preocupado por la calidad educativa. Cuando desde el gobierno se denigra permanente la actividad educativa, con reformas estructurales que convierten a la escuela pública en guarderías, por un lado, y a su vez avanzan con el ataque en regla de los derechos y condiciones laborales como el salario y la sobre carga de tareas, por el otro, sólo la docencia le está poniendo el cuerpo al derrumbe educativo.

Tras la jornada nos reunimos docentes de diversas áreas y consideramos que debemos continuar el debate pedagógico en todas las áreas, de manera sistemática y sin esperar consultas que nunca llegan ni en tiempo ni en forma, porque ante el derrumbe educativo está aflorando un movimiento crítico surgido desde abajo, que ya se viene expresando en el último año contra el nuevo régimen académico.

Debemos tomar la situación en su conjunto. La cuestión pedagógica está indisolublemente ligada al problema de la sobrecarga laboral, a los salarios docentes de pobreza, a la falta de recursos didácticos en las escuelas, a los problemas de infraestructura, a las aulas superprobladas, a la falsa “inclusión” y la liquidación de la educación especial, a la precarización de los programas tipo FinEs y FORTE.

Por este motivo, invitamos a la docencia a una reunión de balance el próximo 20 de diciembre para compartir un brindis y debatir la continuidad de acciones.

Que este nuevo ataque que tenemos en ciernes sea un revulsivo para que la docencia de un paso al frente en elaboración, organización y lucha.

Revista EDM