Escribe Flavio Pereyra
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En la última semana continuaron realizándose elecciones de delegados pendientes en varios edificios telefónicos. En algunos casos se volvía a votar luego de 7 años, cuando legalmente los delegados debieran renovarse cada 2 años. Esto es así por antojo de la burocracia de Marín, que ´acomoda´ las elecciones de acuerdo a su conveniencia. A pesar de las manipulaciones, de la elección por sectores e incluso de la división artificial entre trabajadores de líneas fijas y y líneas móviles, la Naranja revalidó el mandato de dos delegados en el Edificio República, el más importante del gremio.
En República se eligieron 10 delegados de fija y 5 de móviles. Es un edificio con fuerte tradición opositora, pero su composición fue cambiando de fisonomía. Fueron trasladados los trabajadores de lo que antes eran los edificios corporativos de Telefónica -Huergo e Independencia-, que tenían un amplio predominio de la burocracia y sin presencia opositora. También recibió últimamente trabajadores de los call, back office y técnicos de plantel exterior, que son reubicados en otras tareas porque esos sectores disminuyen sus dotaciones por el cambio tecnológico y las tercerizaciones. En 2022, la Azul y Blanca (oficialismo) suspendió la elección durante la noche previa a la votación por el temor a perder el control de una cantidad muy importante de delegados.
La elección fue convocada durante un periodo de vacaciones. Comprobamos que al menos el 20% de la dotación estaba ausente. Es una época, además, donde la patronal habilita a que los equipos se tomen el día fuera del edificio para hacer su celebración de fin de año. Del padrón de 900 trabajadores -repartidos en partes similares entre el convenio de fija y móvil-, durante las recorridas que hicimos en las semanas previas apenas encontramos a unos 100 en el edificio.
Nuestra agrupación presentó dos candidatos, actualmente delegados, para revalidar su mandato.
En total votaron unos 150 trabajadores de fija. De móvil se acercaron unos 50 compañeros, en muchos casos sorprendidos, ya que, al haber sólo 5 candidatos para 5 lugares, la organización decidió no colocar urna. Varios compañeros de móvil se acercaron a votarnos por nuestro planteo de un salario mínimo equivalente a una canasta familiar real (2 millones de pesos), retomar la discusión por categorías que la Azul y Blanca abandonó por completo, la realización de asambleas y de reuniones de comisión interna que el oficialismo tiene abandonado hace años. La última vez que convocó asambleas virtuales prohibió el ingreso de opositores. No quieren ningún cuestionamiento ni planteo que no controlen, y mucho menos tener que someterlo a votación.
El resultado arroja que, pese a todo, logramos renovar los 2 delegados que teníamos en el edificio con una gran elección y movilización de compañeros que incluso estaban de vacaciones. También se presentó una candidata de la agrupación del aparato del PO -que se presenta como “Naranja en la Granate Blanca”- pero terminó lejos de poder entrar. Verificamos que algunos integrantes de la Granate enviaban a compañeros del edificio mensajes contra nosotros, con planteos de que “estábamos equivocamos”, “que deberíamos ir con la granate”, “que hay que renovar (todos) los delegados anteriores de República”, en lugar de atacar a la burocracia, que pretendía quedarse con los 10 delegados de fija del edificio. Se jugaban a darle un golpe a nuestra lista Naranja por habernos presentado de forma independiente en las elecciones generales de este año, apartándonos de la “Granate” -un frente del FITU con un sector de la CTA y de la vieja burocracia que le reclama “planes de lucha” a Marín-, y obteniendo dos cargos en la directiva.
También se realizaron elecciones en el edificio Estomba de Telecom, donde el delegado de la agrupación “Naranja en la Granate Blanca” renovó su mandato y consiguieron uno más.
Por último, la Azul y Blanca sigue sin convocar la elección de Barracas del convenio móvil, negando la oportunidad de los trabajadores a postularse y elegir sus representantes, a pesar de repetidos pedidos al respecto. Esto deja a un compañero nuestro fuera del plenario. Se suma a la maniobra contra nuestro compañero Guido Fuentes, electo miembro de comisión directiva, que fue trasladado a otro edificio donde cuidaron de convocar las elecciones una semana antes de su llegada para evitar su postulación.
Claudio Marín, en el último plenario de Memoria y Balance, donde permitió hablar a oradores de la “Naranja en la Granate” del aparato del PO y de la “Violeta” del PTS, pero negaron el uso de la palabra a nuestra agrupación, planteó que quiere una “consolidación” del plenario de delegados. Bien entendido es un cuerpo de delegados completamente funcional al planteo de la burocracia sindical.
Nuestra construcción independiente apunta a la reorganización de los trabajadores contra la burocracia sindical y las corrientes de “oposición” que se adaptan al régimen político, que es un pilar de la propia burocracia sindical.
