Escribe Pablo Busch
En la planta de Concepción del Uruguay.
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La situación crítica de la empresa Granja Tres Arroyos viene de larga data. Entre los atrasos en los pagos, los despidos, la reducción salarial y el preventivo de crisis la principal empresa productora avícola del país viene siendo noticia. Comenzamos el año con una rebelión del pueblo de Concepción del Uruguay contra la empresa; hubo paros en las plantas de Córdoba, en las granjas -que tiene distribuidas en las provincias de Buenos Aires y Entre Ríos- y en la planta de Pilar. A fines de noviembre la empresa anunció el cierre del Frigorífico Beccar, ubicado también en Entre Ríos, reubicando a los trabajadores en la otra planta avícola del grupo. Los trabajadores de las granjas productoras de aves denunciaron hace unos días que el grupo GTA no estaba abasteciendo de alimentos para engorde, lo cual ponía en cuestión todo el ciclo productivo.
El viernes pasado, los delegados de la planta “La China”, localizada en Concepción del Uruguay, convocaron a una asamblea a la mañana ante el atraso de la empresa en el cronograma de pagos que había comprometido y que ya representaban en si mismos un atraso considerable. La asamblea decidió el paro por tiempo indeterminado hasta el pago de los salarios.
El Sindicato de la Alimentación y el Sindicato de la Carne, que representan a los trabajadores de la planta, habían acordado un esquema de pagos de los salarios y el aguinaldo en 6 cuotas, pero aun con un acuerdo tan favorable, la empresa incumplió, atrasando el pago de las cuotas alimentarias -que le descuentan a los trabajadores para sus hijos-, en el pago de las vacaciones y de las cuotas comprometidas. La posición del sindicato era no hacer medidas, en tanto ya tiene realizadas las denuncias correspondientes ante las autoridades del Estado. Los trabajadores entendieron que la urgencia de sus familias una vez más no iba a encontrar respuestas por ese camino y votaron masivamente la huelga.
Los trabajadores de Entre Ríos vienen enfrentando los planes de la empresa con una lucha casi permanente. La responsabilidad de los sindicatos que intervienen en el proceso (UATRE, STIA, Carne) debería ser unificar a los trabajadores para dar una respuesta de conjunto, porque los atrasos en los pagos se viven en todas las plantas y granjas del grupo. Pero a esta altura es claro que no van a hacerlo. Los trabajadores deben tomar en sus manos la organización de esa respuesta unificada, coordinando posiciones y conformando un comité gremial de empresa para coordinar la lucha.
