Por una lucha unificada en el Ramos Mejía

Escribe Corresponsal

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En los últimos días, se divulgó un video realizado por la Asamblea de residentes y concurrentes del Hospital Ramos Mejía, en el cual se mostraban las condiciones en que los trabajadores deben atender a los pacientes: EPP de mala calidad, falta de formación al personal, prácticas contrarias a las indicaciones divulgadas por la OMS, concurrentes trabajando sin salario ni ART.

Esto generó un gran revuelo tanto en el propio hospital como públicamente. Dos días atrás, Larreta se acercó al hospital para inaugurar una unidad de terapia intensiva nueva. Sin embargo, el resto del hospital sigue en las mismas condiciones tras las denuncias de los trabajadores.

Sigue el colapso en el Ramos

Hace unas semanas, un video filmado al interior del hospital por una paciente que provenía de Villa 31, denunciando la falta de testeos y reclamando la presencia del director hizo que el hospital Ramos Mejía apareciera en todos los medios de comunicación.

Ya se venían realizando asambleas generales donde son las enfermeras las que evidencian la falta de elementos de protección personal bajo la frase “no quiero que se hagan cargo de mí si me muero, quiero que me cuiden antes de morirme”.

A esto se suma la cantidad de personal de salud contagiado, debido a la falta de protocolos y EPP correspondientes. Gran parte del servicio de Neurología y enfermeras se encuentran aislados. Eso hace que, al no haber personal suficiente, haya servicios y guardias sin ningún tipo de atención. El director del hospital ya tiene realizados varios recursos de amparo, debido a las condiciones negligentes en los que los trabajadores deben desarrollar sus actividades.

Además de esto, se sumó una denuncia pública de una médica infectóloga, encargada de diseñar programas de control de infecciones en el mismo hospital. Detectaron varios desvíos en procesos de seguridad del personal y de seguridad de los pacientes. Estos desvíos que incluyen EPP de mala calidad o falta de ellos, desvíos en políticas de residuos, dificultades estructurales y de distribución de recursos, que fueron reportados oportunamente, sin respuestas efectivas.

Ante esta situación, el director del hospital decidió prohibirle el ingreso al hospital a la médica infectóloga que hizo la denuncia. Acción que, naturalmente, va en dirección opuesta a cuidar la salud de los trabajadores y los pacientes en medio de la pandemia.

La lucha de residentes y concurrentes avanza

Es en este contexto que el director del hospital convocó a una reunión a los trabajadores para hablar de lo sucedido. La asamblea de residentes y concurrentes del hospital elaboró su pliego de reclamos: participación en los comités de crisis, EPP de calidad, formación del conjunto de los trabajadores de la salud, equipos rotativos, y la precarización laboral de los concurrentes que no poseen ni salario, ni ART.

El director escuchó todos los reclamos de los trabajadores, sin realmente dar una respuesta concreta. Se logró, mediante esta reunión, que la asamblea tenga participación en los comités de crisis, lo que abrirá una nueva experiencia.

La salida es de los trabajadores

Esto es un primer paso del movimiento de residentes y concurrentes que se afirma y va dando forma a su organización. En el Ramos como en el resto de los hospitales de CABA las asambleas de residentes y concurrentes hacen su experiencia y afirman pasos de organización para la lucha de los trabajadores.

Es momento de un próximo paso. Unir a los residentes y concurrentes con el resto de los trabajadores de planta en una asamblea general, para plantear una salida a los problemas del hospital que sea de conjunto.

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