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Juan “Pepe” Escalas, con tan solo 19 años, tuvo en 1966 dos acontecimientos importantes en su vida. Por un lado, ese fue el año en el que ingresó a trabajar en el Banco Nación. Fue allí que Pepe pasaría a tener el trabajo de su vida, desempeñándose 46 años como bancario, hasta su jubilación en el 2012. Por otra parte, fue también en 1966 que comenzó sus estudios superiores, en la Facultad de Ciencias Económicas.
En aquellos años como estudiante, Pepe tuvo una vida social que lo llevó a conocer a quien sería el amor de su vida entera, Ana. En el caso de la Facultad de Económicas, no solo conoció compañeros valiosos con los que desarrolló sus estudios, sino que también allí forjó amistades que fueron importantes para él. Uno de sus amigos, en aquel entonces, fue Pablo Rieznik. Con este y otros amigos, Pepe comenzaba a discutir las caracterizaciones de la situación política que pasarían a ser totalmente relevantes en su vida.
Habiendo dejado de lado el activismo en la Democracia Cristiana, hacia finales de los ´60 y principios de los 70, Pepe tuvo un breve paso por el ERP, que finalizó con una decisión que procesó a través de un debate que desarrolló a fondo. En este sentido, los debates que aquel joven Pepe tuvo con sus compañeros y amigos lo llevaron a delimitarse definitivamente del foquismo e incorporarse activamente a la militancia en Política Obrera. En esos años de militancia, trabó amistad con Fernando "Cura" Sánchez, compañero de Política Obrera desaparecido en 1977.
Ya con el regreso a la democracia, las vicisitudes de la vida y las elecciones personales llevaron a Pepe a tener, en 50 años, cuatro idas y venidas del Partido Obrero. Durante los ´90, se profundizó su militancia y su activismo en el Banco Nación. Allí, con un conjunto de compañeros, llegaron a desarrollar unas elecciones de un cuerpo de delegados clasistas que se impuso, en las narices de la burocracia sindical.
Durante agosto del 2016, en el marco de una charla que dio Jorge Altamira en el local de Paternal, CABA, Pepe dio su último paso hacia la militancia. Fue allí que se incorporó al círculo de jubilados, siendo una parte importante de la naciente agrupación, Jubilados Clasistas. En ese contexto, en las enormes luchas contra la reforma previsional que se desarrollaron el 18 de diciembre del 2017, Pepe se destacó por un espíritu combativo indomable. Con un conjunto de compañeros que se bancaron la represión, fue herido en un brazo con dos balas de goma, situación que no lo frenó en su lucha por los derechos y conquistas de los jubilados y del conjunto de la clase obrera. Tras un breve paso por el círculo de jubilados de Villa Crespo, regresaría a militar en el círculo de jubilados de Paternal.
Durante los inicios del 2019, Pepe siguió muy de cerca los debates desarrollados en el seno del Partido Obrero, que terminaron de cristalizar la gravísima desviación política del aparato usurpador del Partido Obrero, su degeneración metodológica y la verdadera afrenta producida contra su historia y el conjunto de los compañeros que la defendían. La charla brindada por Jorge Altamira en la Facultad de Ciencias Sociales, en oportunidad de los 50 años del Cordobazo, fue esclarecedora para Pepe, en materia de lo que significaba la lucha por la recuperación y superación del Partido Obrero, por su programa, metodología, principios e historia.
Recuerdo a Pepe leyendo la última Política Obrera impresa, de fines de marzo, con una lucidez que le dio pie a discutir las posiciones expresadas en el artículo de tapa, con el que acordaba.
El mundo va a ser un lugar más frío sin vos. Sin embargo, continuaremos luchando para cambiar al mundo de base, por la victoria de la clase obrera, para terminar con la opresión y con toda explotación.
Querido compañero, querido papá ¡Hasta la victoria, siempre!