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El martes 9 y miércoles 10 se desarrollaron dos jornadas nacionales de lucha de la salud en el todo el país, convocada cada una por diferentes organizaciones gremiales.
El crecimiento de contagio entre los propios trabajadores de salud es alarmante, sobre todo en el sector de enfermería. El reclamo más sentido fue el de los kits de alta seguridad, los testeos generales y periódicos en los hospitales y la aplicación de los protocolos. El problema estratégico del contagio sigue siendo el multi trabajo, por lo que se necesita una urgente transformación del régimen de trabajo que reduzca la jornada a 6 horas por un salario igual al costo de la canasta familiar. En CABA, el reclamo de pase a profesional de enfermería es fundamental. En el conjunto de las provincias se recordó el crimen de estado cometido contra la enfermera del Hospital Gandulfo, Ester Ledesma, a quien se le negó su licencia de grupo de riesgo y falleció por coronavirus. La cantidad de trabajadores aislados y el desgaste ya existente requiere del fin de las cesantías, los nombramientos aún pendientes, del pase a planta, el salario y ART para los concurrentes y residentes y una masiva contratación de personal de enfermería y demás servicios como trabajo social.
El problema salarial toma mayor protagonismo y unifica al conjunto de los trabajadores. Hay provincias como Chubut donde el personal no cobra hace meses y, en el conurbano, el personal que ha ingresado de refuerzo en abril aún no cobra. Mientras el estado subsidia a las grandes empresas en “crisis”, escamotea el aumento de salarios y amenaza con el pago en cuotas del aguinaldo. El bono de salud de 20 mil pesos en cuatro cuotas aún sigue siendo una promesa que el gobierno parece querer olvidar. Los trabajadores no olvidan y le ha dado impulso para el reclamo de la apertura de paritarias que ha dejado en total evidencia a la burocracia sindical. Es que mientras los trabajadores desarrollaban sus jornadas, la burocracia de ATE y UPCN discuten el convenio anual sin aumentos marcando pauta para las paritarias regionales. Esto explica su ausencia cómplice en las jornadas.
La jornada del martes 9 fue convocada por Fesprosa con propósito deliberado de diferenciarse de los convocantes del 10. Tuvo un eco considerablemente menor a otras ocasiones. Careció de todo preparativo y discusión con los trabajadores. Aun así, un sector del activismo se movilizó. En Santa Fe, la comisión interna del hospital Eva Perón, de ATE Baigorria, se sumó a la convocatoria y confluyó en una jornada de lucha con los docentes y resto de estatales.
La jornada del 10 tuvo como único convocante, en el conurbano, a Cicop que desenvolvió actos en la puerta de hospitales. Por el lado de ATE, la única comisión interna que participó fue la del hospital Mercante. En la ciudad, la APSS (trabajo social), AGHIM (Hospital Moyano), residentes y concurrentes y otras asociaciones impulsaron una campañas de fotos en los distintos efectores y convocaron junto ATE Garrahan, la comisión interna del Hospital italiano y la Inter Hospitalaria, entre otros, a un acto en el Obelisco.
Una mención especial merece la acción de los trabajadores de centros de salud (Cesac), que salieron a las calles a manifestarse en algunos casos con gran convocatoria. En algunas de sus acciones confluyeron con organizaciones sociales y docentes de los barrios con los que transitan cotidianamente los problemas de los trabajadores. La asamblea del hospital Piñero fue una expresión de esto.
El rol cómplice de las burocracias sindicales médicas ha generado un movimiento autoconvocado de médicos en todo el país que ha resuelto una segunda jornada de caravanas, para este viernes 12, en todo el país. A pesar de no empalmar con las jornadas del 9 y 10, los médicos llevarán a las caravanas gran parte de los reclamos que están presente en el conjunto del movimiento de la salud.
Las jornadas han demostrado la voluntad de un activismo. Ha quedado expuesta la necesidad de defender un método: preparar mediante asambleas y reuniones la próxima jornada que entendemos deben ser solo una. Desde Tribuna de Salud Tendencia, hemos impulsado estas jornadas con una declaración nacional que se propuso organizar una jornada común de los trabajadores con un norte muy claro: la necesidad de superar la complicidad de las burocracias sindicales y la fragmentación del movimiento de salud a través de una coordinadora nacional de salud que ponga en pie un plan de lucha por todos los reclamos.