Latam: una extorsión

Escribe Mariano Busatto

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A través de una carta a los trabajadores y miles de mails a viajeros frecuentes y usuarios de su página web, el grupo Latam ha anunciado el cese de actividades de su filial argentina, para la cual trabajan más de 1.700 empleados y tiene actualmente 12 aviones matriculados en el país.

El comunicado de la empresa tiene un fuerte tufillo a chantaje. “Las operaciones de las demás filiales del grupo hacia Argentina no se verán afectadas, siendo reanudadas cuando las restricciones sanitarias se levanten y exista demanda”, dicen los empresarios.

El comunicado tiene un claro objetivo: mientras dure la pandemia, y hasta que se reanuden los vuelos y exista una demanda de pasajeros, apunta a desentenderse del pago de los salarios de los trabajadores. La empresa, mediante este procedimiento, actúa desconociendo abiertamente el DNU del gobierno, amenazando con un cierre que -según ellos mismos- será temporal, con el objetivo mal disimulado de reanudar las operaciones con mucho menos personal en el futuro.

Apenas comenzada la pandemia y dictada la suspensión de vuelos en Argentina, el grupo Latam fue el primero en anunciar que iba a despedir a 1.400 trabajadores en varios países, y que iba a pagar el 50% de los salarios. Se realizaron numerosas audiencias ante el Ministerio de Trabajo. Los gremios aeronáuticos se opusieron, la cartera laboral ordenó que pagaran los sueldos en su totalidad o que se cumpliera el acuerdo “marco” de la CGT del 75%. En esas reuniones, el Estado terminó concediéndole a la multinacional los ATP. Sin embargo, luego de haber obtenido estos subsidios, Latam de todos modos presentó un recurso preventivo de crisis. La patronal va por todo: no pagar los sueldos, evadir las dobles indemnizaciones y reabrir cuando se le cante.

La burocracia aeronáutica de los sindicatos oficiales se limitó a sacar un comunicado -hace más de tres semanas- anunciando un “cese de colaboración” frente al intento de llevarse los aviones a Chile. Y, si bien rechazaron la reducción salarial de manera formal, nada hicieron para impedirla de hecho. Entre el descontento de los trabajadores y la debacle y el desprestigio de la burocracia aeronáutica en Latam, se ha producido un verdadero desguace sindical. Se han formado sindicatos de “empresa” entre los técnicos y las azafatas, cuyas direcciones han provocado una enorme división entre los trabajadores que no ven en los viejos gremios respuesta alguna, pero, por otra parte, encuentran en las direcciones de los sindicatos de “empresa” a verdaderos voceros del chantaje empresarial.

Es necesaria la movilización de la totalidad de los gremios porque si pasa este abierto desconocimiento del pago de salarios en la pandemia, algo similar va a desarrollarse en Aerolíneas Argentinas, que ya ha anunciado un plan de suspensiones que puede ser de largo plazo. La reunión y el acta firmada por los gremios aeronáuticos con el ministro de Transporte hasta ahora solo “manifiesta preocupación” por Latam. Es necesario expresar esta “preocupación” en acciones concretas de todos los gremios.

Frente a las acciones de cierre es necesario preservar todos los activos de la empresa en el país (aviones) con una acción de vigilia permanente de los trabajadores, junto al reclamo del pago de los salarios. Latam debe transformarse en un gran conflicto nacional y Aeroparque, en el centro de una jornada nacional de lucha de los gremios aeronáuticos contra los despidos, en defensa de los convenios y las condiciones de trabajo de todos sus trabajadores.

Toda la solidaridad con los trabajadores de Latam.

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