Coronavirus en Avellaneda (Buenos Aires)

Escribe Norma Giménez - Jubilados Clasistas (Avellaneda)

De los barrios vulnerables al centro.

Tiempo de lectura: 2 minutos

Avellaneda se convirtió en el primer distrito del conurbano en superar los mil casos de coronavirus. El Ministerio de Salud de la provincia de Buenos Aires precisó que en las últimas horas se registraron 73 contagios por lo que la cantidad de infectados ascendió a 1.022. 19 fallecidos. La tasa de letalidad en Avellaneda es 1,86 por ciento. En tanto, hasta ahora, 3.707 personas fueron testeadas.

Este informe no significa nada más que eso, un recuento numerológico de los avances del virus entre la población de nuestra ciudad - cuántos más contagiados, cuántos más muertos.

Pero como alguien dijo: “la única verdad es la realidad”. Los casos han estallado en los barrios El Fortín y Villa Inflamable y desde allí, el mapa epidemiológico se expande hacia el centro de Avellaneda. Los últimos casos se registraron a tres cuadras de la Av. Mitre, en Deán Funes al 300. Después de larguísimas esperas en los hospitales del distrito (abarrotados de enfermos, de coronavirus o no, sin personal para la atención, ni insumos) se les “sentenció” cuarentena domiciliaria a las 200 familias que habitan esas construcciones precarias.

Los datos de la pandemia tienen nombre y ubicación: Villa Azul, Itatí, Isla Maciel y las fábricas con las que compartimos cercanía territorial y “solidaridad” patronal, Cattorini, Rigolleau, Frigorífico Penta.

El intendente Jorge Ferrarsi redujo los bidones de agua que recibían las familias de Villa Inflamable de tres a uno (en medio de la pandemia). No hay kits de protección contra el virus ni de limpieza (agua, lavandina, jabón). No hay desinfección en los barrios, a los cuales el dengue ha convertido en zonas rojas. No llegan provisión de alimentos en cantidad y calidad a los barrios, mientras la desocupación ha hecho estragos en las familias trabajadoras. Ya no quedan ni las changas. No se ha implementado un subsidio para los desocupados que ayude a paliar esta situación, y que, con una prestación bajo convenio, comience a organizar una salida laboral.

Es momento en que los trabajadores de nuestro distrito tomemos la defensa de nuestras vidas en nuestras manos. La vida de nuestras familias está en juego: “Nos organizamos o nos dejan morir”. Por eso planteamos: testeos masivos para cuidarnos y tomar medidas de prevención; alimentos para las familias, provisión a comederos y merenderos a cargo del estado; subsidio de $30.000 para todos los desocupados.

Pleno funcionamiento de salitas vecinales y hospitales del distrito.

Trabajadores, jóvenes, jubilados, compañeras: conformemos las comisiones barriales en cada uno de nuestros lugares.

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