Capitanich-Fernández: El “abrazo” de dos náufragos

Escribe Aldo García

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En el transcurso de unos pocos días, Capitanich publicó en su cuenta de Facebook una carta a la oposición radical-macrista; propuso una reglamentación legal de la cuarentena; y gestionó la visita presidencial. El denominador común de esta hiperactividad no es otro que el intento de amalgamar a la burguesía chaqueña y reforzar a su golpeado gobierno frente a la crisis sanitaria y la inminente cesación de pagos.

La carta hace hincapié en la reforma constitucional, la cual, aunque suene desubicada en medio de la cuarentena, sirve de pretexto para el planteamiento de la unidad (patronal) chaqueña. “Coqui” ofrece su renuncia a la reelección y la incorporación de la oposición a los equipos de gobierno, a cambio de destrabar la aprobación de leyes. Aunque no lo mencione expresamente, entre esas leyes se encuentra la transferencia (privatización) de bienes del Estado provincial con un valor de tasación superior a los dos mil millones de pesos.

Cuestionado por su manejo de la salud pública y las idas y vueltas con la cuarentena, Capitanich decidió reemplazar el régimen de decretos que regulan sus fases por una ley, para la cual solicitó el apoyo de toda la Legislatura y también, expresamente, que se acoplen los municipios, especialmente el de Resistencia. Es decir que reclama el apoyo de todo el arco político, incluido el sector del intendente Martínez -tres diputados que pertenecen al bloque justicialista pero que suelen actuar como mini bloque aparte-, y la intendencia misma. Para pavimentar esto último, se acordó que la Nación transfiera al municipio un subsidio equivalente a un millón de dólares; formalmente, para gastos que demanda la pandemia, pero que en la práctica viene a socorrer a la intendencia luego del ahogo presupuestario que le impusiera el propio gobernador.

La UCR, que por su parte no recibió nada, decidió rechazar por el momento el convite de integrar equipos gubernamentales, aunque una propuesta suya relativa a un adicional salarial para salud pública será impulsada en común.

Por último, la visita presidencial que no fue. Excusándose a medias, Alberto Fernández no vino y se limitó a mantener una videoconferencia el 30 de junio. El “respaldo” estuvo presidido por la crítica, en el curso del propio evento, de Fernández a la “cuarentena inteligente” (flexibilizada), que es justamente lo que Capitanich había promovido un mes antes como un “gran paso adelante”, con los resultados conocidos… Fue como si le dijera: “te apoyo, pero este desastre es sólo tuyo”. Pero ¿es verdad que Nación no tiene nada que ver? El Hospital Modular que la Nación dispuso que se monte en Resistencia -se anunció el 7 de abril para que comenzara a funcionar antes del fin de ese mes-, todavía no opera a pleno; y sólo se abrió como respuesta a la muerte del Dr. Duré.

Fernández, como quien le habla a un amigo tomado del hombro, le dijo a Capitanich: “tenés que usar el plan Detectar”. ¡Tres meses y medio después que comenzara la crisis que ya se cobró cien vidas! Ahora, el COVID-19 ya está presente en 39 localidades de la provincia, con Resistencia pasando la posta a Sáenz Peña en el domo central provincial y se instaló en la puerta del Impenetrable. Mientras, se multiplican las denuncias de los pobladores de Colonia Aborigen y de El Sauzalito, relativas al abandono a su suerte a la población local luego que se pusiera de manifiesto el primer contagio en cada lugar. La asistencia médica y el testeo llegaron después de las quejas y con la situación desmadrándose.

Capitanich le solicitó al presidente efectivos de gendarmería, ejército y especialistas médicos. Fernández dijo sí a todo, pero Nación cortó recientemente los contratos de seis kinesiólogos especializados en reanimación cardiopulmonar. En definitiva: incapaces de centralizar el manejo de la salud de la población; de disponer de un plan para reconvertir las fábricas ociosas a la producción de respiradores, barbijos y máscaras profesionales y todo lo que sea necesario para proteger a los trabajadores de la salud y a las personas que tienen que realizar tareas esenciales; de garantizar el testeo masivo y el aislamiento asistido de la población contagiada, se juegan todas las cartas a la represión de la circulación.

El otro tema central, la deuda provincial con la Nación y con tenedores externos de bonos, sin embargo, no fue abordado: Y si lo fue, mediante los respectivos equipos, no hubo nada que pudiera ser anunciado en la videoconferencia.

El gobierno provincial se mantuvo pagando los servicios de deuda de este año como medio para financiarse con nuevas emisiones de letras, por ejemplo, la de mediados de junio por 1.500 millones de pesos a tasas de usura. Pero ese mecanismo está pronto a agotarse, cuando se haga evidente que no podrá pagar, en agosto próximo, 11 millones de dólares de intereses por el Bono Internacional 2024.

Pero ¿qué respuesta puede dar a este problema un gobierno nacional que se apresta a firmar un acuerdo ruinoso de su propia deuda?

Necesitamos que las deliberaciones y reclamos que recorren los lugares de trabajo de los estatales chaqueños, especialmente en salud pública, den paso a la coordinación de asambleas para unificar los reclamos ante el avance de la epidemia y los ajustes salariales.

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