Transporte en Merlo: un divorcio de común desacuerdo

Escribe Julio Gudiño

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El intendente de Merlo, Gustavo Menéndez, desde que asumió las riendas del gobierno, se posicionó a favor de La Nueva Metropol, patronal negrera, quien controla la UTE 503.

Desde el día uno del desguace de Ecotrans, en julio de 2016, el cuerpo de delegados y los trabajadores de la 503 debieron enfrentar a la patronal negrera que pretendía que los choferes trabajen en una “cabecera” que no contaba con baños, vestuarios, etc. Una asamblea voto parar y movilizarse al municipio para exigirle a Menéndez que garantice el cumplimiento del “acta de remediación” que resguardaba los derechos laborales de los trabajadores y el derecho del usuario a un servicio de calidad.

Ante la movilización de los trabajadores y usuarios, Menéndez selló un frente con Zbikoski contra los trabajadores. En septiembre de 2019 estalla otra lucha contra despidos anti-sindicales, persecución laboral, desconocimiento del convenio colectivo, etc. Esta ofensiva patronal contó con la inestimable colaboración de la burocracia de la UTA. Los despedidos convocan a un acto y corte de ruta frente a los portones de la 503. Participan varias organizaciones sociales, estudiantiles, gremiales y políticas. El Partido Obrero Tendencia es parte de la comitiva y denunció, no solo la política anti-sindical de la patronal, sino la preparación de su nueva ofensiva: la tercerización completa de diversos sectores de la empresa.

Una clausura sui generis

El lunes 6 de julio inspectores del municipio de Merlo clausura la cabecera de la UTE 503 ubicada en el km 34,5. La “clausura” ordenada por Menéndez es un poco extraña porque jamás afecto el funcionamiento de la empresa que afirma que “se encuentra regularizando la situación con las autoridades correspondientes de Higiene Urbana del municipio.

Además, destacamos que el servicio de las líneas que funcionan en dicha localidad lo hacen con normalidad y no han sufrido afectación alguna" (Clarín, 07/07). O sea, la clausura por “seguridad e higiene” es el taparrabos de negociaciones entre la patronal y la municipalidad que nada tienen que ver con el cumplimiento de los protocolos de seguridad e higiene y de todos los derechos laborales avasallados por la patronal.

Es evidente que no hay divorcio en puerta entre Menéndez y Zbikoski sino pequeñas escaramuzas por reformular el frente político sellado en 2016.

Reclamaos al gobierno nacional, provincial y municipal que hagan cumplir el “acta de remediación” de 2016 que ha sido pisoteada por la patronales en complicidad con la burocracia de la UTA.

Por asambleas de trabajadores para elaborar un protocolo de salubridad y conformar comités obreros para velar por su cumplimiento. La lucha por la salud y la vida de los trabajadores debe tener como protagonista a los propios trabajadores.

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