Paro lechero… y otra agachada de Atilra

Escribe Bárbara Carrillo

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El domingo 12, por la noche, el consejo directivo nacional de Atilra anunció "la realización de un paro total de actividades de veinticuatro horas, sin guardias", a partir de las cero horas del lunes 13, aunque en algunas plantas, como Danone, comenzó el domingo a la noche. Esto formaría parte de una "serie de medidas de fuerza", ante el incumplimiento de las patronales de actualizar el salario de los trabajadores en lo que va del año.

“Agarrame que lo mato”

El gremio comandado por Héctor Ponce denuncia las ganancias millonarias que obtuvieron las empresas, desde el comienzo de la pandemia. Desmintiendo a las patronales que aducen pérdidas y caída de ventas, el consejo directivo menciona correctamente el informe del Observatorio de la Cadena Láctea Argentina (OCLA), que afirma que "por el efecto cuarentena el consumo per cápita de lácteos creció casi 57 litros (56,9 exactamente) entre enero y abril del presente año". A esto se le puede agregar otro informe, el del Ministerio de Agricultura, donde se señala que, entre enero y abril pasados, subió 9% el consumo de leches fluidas, 5% el de leche en polvo y 3% otros productos. Cómo menciona el comunicado de Atilra, la peor crisis del sector es "un chamuyo de los industriales" para no actualizar los salarios por inflación.

Sin embargo, al finalizar el comunicado donde anuncia la convocatoria al paro, mientras parecía que iba a ir a fondo contra las patronales, Atilra da por sentado que la medida de fuerza va a “repercutir” sobre el salario de los trabajadores, quienes verán descontada la jornada de trabajo, el presentismo y el premio por producción. Pero, en lugar de dar una batalla para que las patronales no descuenten el día, el gremio "ofrece" a las patronales recibir y procesar leche, pero solo si se dona a “instituciones con fines sociales”, con el objetivo de "paliar en parte las vicisitudes nutricionales que sufre gran parte de la niñez en nuestro país". "Sería una contribución solidaria que las y los trabajadores lecheros del país estamos dispuestos a realizar, esperando contar con el acompañamiento del sector empresario". ¿Cómo saben las cúpulas a que están dispuestas las bases, si no hubo ni una sola asamblea? Esta medida, no solo es de carácter administrativo, a espaldas de los afiliados, sino que además tiene por objetivo desmovilizar a los trabajadores, ya que no se le da carácter activo al paro, cuando la relación de fuerzas existe para que las patronales retrocedan en los descuentos.

En defensa de la vida y el salario

Nuevamente, en sus circulares o comunicados, los dirigentes de Atilra ni mencionan la situación crítica que viven los trabajadores producto de la pandemia. Pareciera que el gremio no está informado de los contagios en las diferentes plantas del país, ni de la preocupación de los trabajadores por saber que pueden llevar el contagio a sus familias y a sus barrios. Atilra no hace mención a protocolos obreros, en contraposición a los de las patronales, ni a la negativa de éstas a realizar testeos masivos. Es un gremio que está de espaldas a los intereses de los trabajadores. Pero, es sabido que por abajo hay todo un proceso de deliberación y autoconvocatoria que batalla en cada fábrica.

Activistas que, a pesar de la persecución, dan pelea por los salarios, por la salud y por la vida de los trabajadores. Por esto, es sumamente urgente que estos procesos de lucha (como en el caso de Sancor) tengan una coordinación a nivel nacional con todos los obreros lácteos. Para que las medidas de fuerza tengan un verdadero carácter activo, es necesario que se lleven adelante asambleas en cada sector y en cada planta donde se vote un plan de lucha por las reivindicaciones más importantes. Por el salario, por los puestos de trabajo, en solidaridad con Sancor, y en defensa de un protocolo de y para los trabajadores, quienes se encuentran en la primera línea frente a la pandemia.

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