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La ola de contagios se ha duplicado. Según el decano de la facultad de Medicina, el virus está presente en 14 de los 17 departamentos de la provincia. Esto ocurre luego de que “el micro de los contagios” pusiera al descubierto los negociados que funcionarios del gobierno realizaban cobrando a precios exorbitantes el retorno de tucumanos varados en la CABA y la provincia de Buenos Aires, y otros negociados, que involucran a la policía en las zonas de frontera. Un camionero contagió a un trabajador de una estación de servicio, enseguida a su familia, y terminó desatando una explosión de contagios en la localidad de Las Tenia, una barriada contigua a la Banda del Rio Salí.
La situación cobro estado público a partir de uno de los contagiados que fue atendido en la policlínica Santa Rita, por personal sin los elementos de protección. En esas condiciones de desprotección, expuestos a contagiarse y a contagiar fueron obligados a seguir trabajando. En tres días ya habías decenas de contagios, la zona tuvo que ser cerrada, pero por distintas vías el virus se fue filtrando a diferentes puntos de la provincia, y en particular en diferentes lugares de trabajo.
Mientras el gobierno declaraba que el brote estaba clausurado, aparecían casos en la comuna de San Andrés, en el municipio de Las Talitas, en Tafi Viejo y Yerba Buena. En los días subsiguientes fueron apareciendo casos en otros municipios y un gran numero en la capital.
Muchos afectados son trabajadores de diferentes empresas. En el caso de la Sevillanita, 300 trabajadores declararon un paro por tiempo indefinido, para reclamar testeo a todo el personal. El testeo se hizo y 21 trabajadores dieron positivo. Otro tanto en una gran panadería en el centro de la capital, donde 20 de 60 trabajadores aparecieron contagiados.
En el ínterin, la provincia fue visitada por el ministro de salud de la Nación, Ginés González García, quien prometió la construcción de un hospital en el municipio de Alderete. Nadie le prestó atención a la promesa.
El gobierno declara todos los días que Tucumán sigue en fase 5, porque así lo han reclamado las cámaras empresariales, pero la situación ya está fuera de control sanitario y también social.
En ese marco se multiplican los reclamos y las luchas.
La UTA viene de arrancar con un paro por tiempo indefinido para que les paguen junio y el medio aguinaldo. En esa lucha irrumpió un movimiento de choferes autoconvocados.
El anuncio del ministro de Educación del retorno a las clases presenciales en agosto ha desatado una ola de repudio, Se ha producido un conjunto de acciones impulsadas por los Docentes Autoconvocados, Sadop al igual que Adiunt en el caso de la UNT.
En la Salud, se mantiene un quite de colaboración por tiempo indefinido y en diversos centros crece el reclamo a favor de una intrahospitalaria con delegados mandatados.
La semana pasada terminó la cosecha del limón y 50 mil trabajadores han quedado viviendo con lo cobrado en la última quincena. En varias zonas han comenzado a autoconvocarse reuniones, para reclamar un salario intercosecha.
Las organizaciones sociales, incluido naturalmente el Polo vienen de protagonizar una gran jornada de lucha.
La mayoría de estos sectores en lucha se han incorporado a la Coordinadora de Lucha que ha resuelto diversas iniciativas para unificar las acciones. En ese marco, está en curso la conformación de coordinadoras en las ciudades del interior y en las barriadas.
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