Asamblea interhospitalaria votó una jornada de lucha

Escribe Julián Asiner

Jueves 6 en defensa de la vida y la salud de los trabajadores.

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A pesar del incremento persistente de casos en el AMBA, geométrico en sectores del conurbano, el trío Fernández-Kicillof-Larreta resolvió mantener las medidas de flexibilización de la llamada “cuarentena intermitente”. Distritos como San Martín tienen un tiempo de duplicación de casos inferior a los 14 días, seguido de cerca por La Plata, Moreno o Almirante Brown. El nivel de colapso de las terapias intensivas está superando el 90% en muchísimos efectores, tanto públicos como privados. Sin embargo, bajo la presión del gran capital industrial y comercial que no aceptan una “vuelta atrás”, los gobiernos “que supimos conseguir” decidieron no tocar el nivel de actividad económica, que en el AMBA está por encima del 70/75%. La apuesta oficial es tirar aún más de la cuerda del sistema de salud… y ver qué pasa.

Los anuncios del viernes pasado le dieron la espalada a los trabajadores. Los gobernantes se deshicieron en apelaciones a la “responsabilidad individual”, pretendiendo ignorar que los focos de propagación del virus son las propias fábricas y supermercados, donde los trabajadores tienen que estar horas y horas agrupados sin que las patronales garanticen las medidas de protección más elementales. Sobre esto, las estadísticas de Fernández no dicen nada. Otro tanto ocurre en la salud, cuando se falsean los números de camas de terapia intensiva, sin contemplar que una UTI es, antes que nada, la disposición de sus propios profesionales. En algunos hospitales públicos de CABA, la relación entre enfermeros/as y camas es de 1 cada 9, cuando el propio Ministerio de Salud recomienda 1 cada 2. Tampoco hubo estadísticas para cuantificar este punto.

Los protocolos sanitarios se “actualizaron” a la medida de estos anuncios, al margen de toda consideración científico-sanitaria. Así, se redujeron a 10 los días de aislamiento, incluso para profesionales de la salud, a pesar de que no se realizan los testeos para verificar que esas personas hayan superado la infección. En el caso de las personas mayores, se elevó el umbral para internaciones de los 65 a los 75 años. El propio presidente de Swiss Medical confesó que sus terapias intensivas no habían colapsado gracias a retacear el ingreso de nuevos pacientes, estirando las posibilidades de internación en otros ámbitos. Por el lado de los trabajadores, el estrujamiento incluye la anulación de las paritarias, la negación de las licencias, las guardias no pagas de residentes, el “reforzamiento” de planteles con personal sin salario, como los concurrentes de CABA o los estudiantes del IAR de la UBA, y los aprietes a los activistas, tanto en las privadas como en el Estado.

Si el corazón de la política del triunvirato del AMBA es dejar intacta la actividad de las grandes patronales y descargar todo el peso de la crisis sobre la capacidad de “aguante” del sistema sanitario, para los trabajadores de la salud llegó la hora de unificar asambleas, acciones y reclamos. Es el camino que se propuso la asamblea interhospitalaria convocada a instancias del Hospital Piñero, que resolvió organizar una jornada de lucha en defensa de la salud el próximo jueves 6 de agosto. Asumió la responsabilidad que esquivan los grandes sindicatos. Esta vez, Cicop y asociaciones de CABA como APSS serán de la partida. Fesprosa, por su parte, el gremio nacional alineado con la CTA Autónoma, no participaría. Propone convocar, en cambio, a un plenario nacional para el miércoles 5. Como venimos señalando desde estas páginas, lo que se impone es la necesidad del frente único de los trabajadores de la salud, conformando asambleas y coordinadoras que dejen atrás las divisiones por gremio, especialidad o forma de contratación.

Por delante, se nos abren dos escenarios, o tres. Una posibilidad es que el triunvirato gobernante logre pilotear el crecimiento de casos a costa del agotamiento de los planteles laborales en la salud, diezmados por el contagio y la acumulación de muerte de compañeras y compañeros. Otra variante es que nada de esto sea suficiente, y el espiral de casos supere todas las posibilidades del agobiado sistema sanitario, conduciéndonos a una masacre social de dimensiones como las que vemos en Brasil o Estados Unidos. Ambas opciones son absolutamente negativas para los trabajadores y está en nuestras manos colocar un freno e imponer un rumbo alternativo. Tribuna de Salud-Tendencia convoca a intervenir con todas las energías en la jornada del 6 como un paso más en la tarea de establecer una estrategia y una agenda propia de los trabajadores.

En momentos donde nuestro rol profesional choca contra la política enfermante de los gobiernos, se plantea la necesidad de convocar a un congreso nacional de trabajadores de la salud para debatir un programa y un plan de acción.

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