Tiempo de lectura: 3 minutos
El accidente en “el puerto de Beirut, uno de los más importantes en el Medio Oriente, que transfiere mercancías desde Europa a Siria, Irak, Jordania y los estados del Golfo” (Haaretz, 5/8) ya constituye uno de los accidentes más luctuosos de la última década a escala mundial. “La magnitud del daño es enorme, con edificios a millas del puerto en ruinas. La explosión llega en un momento terrible para el Líbano, que está al borde del colapso financiero” (The Guardian, 5/8).
En forma inmediata “entre 250.000 y 300.000 personas quedaron sin hogar”, declaró Marwan Aboud, gobernador de la ciudad (The Times of Israel, 5/8), Los muertos ascienden a 135 y se registran ya más de 5 mil heridos, según la Cruz Roja y el Ministro de Salud, Hamad Hassan (Haaretz, íd.). Pero los muertos podrían ser el doble, hay decenas de desaparecidos que no sólo estarían bajo los escombros: hay “cuerpos que fueron arrojados al mar por la fuerza de la explosión” (ídem). La explosión dejó inservible la principal reserva alimentaria del país: “el trigo en los graneros portuarios de Beirut no se puede usar… se perdió la pista de siete empleados, además”, “deja a la nación con menos de un mes de reservas de grano” (Haaretz, íd.), un verdadero problema -aquí si- de ´seguridad alimentaria´.
“El almacén que, según las autoridades, fue el lugar de la explosión y donde se almacenaban irresponsablemente hace 6 años 2.700 toneladas de nitrato de amonio había sido objeto de advertencias desde 2014” (The Guardian, ídem), Para salir del paso “el gobierno libanés decidió el miércoles poner a todos los funcionarios a cargo del complejo portuario de Beirut bajo arresto domiciliario hasta que se complete la investigación sobre la explosión … Según la decisión, el ejército libanés será responsable de la implementación de los arrestos, que incluirá a todos los funcionarios responsables del puerto desde 2014”, mientras el principal de ellos en ejercicio quedó intocable (Haaretz, 6/8).
En redes sociales el clamor popular es que el gobierno debe renunciar: “hay quejas de que el estado ha ignorado los peligros de seguridad en el puerto de Beirut y hay demandas para que el gabinete renuncie por el desastre” (ídem). Las pérdidas estimadas según todas las fuentes ascienden a los 15 mil millones de dólares. El gobierno anunció “100.000 millones de libras libanesas para hacer frente a la crisis. La suma teóricamente equivale a 66 millones de dólares según el tipo de cambio oficial (1,500 libras por dólar), pero el dólar cotizaba los días previos a la explosión en alrededor de 7.500 libras la unidad, o sea el equivalente a unos 13 millones de dólares en el mercado paralelo” (ídem, 5/8). Como se ve, menos que una limosna en medio de carencias de todo tipo.
Aunque la gran burguesía cristiana-maronita del país se tapa la nariz para gobernar con Hezbollá, todo el mundo reconoce que sin éste el Líbano es ingobernable. “Detrás de escena”, en todo “está Hezbolla” (ídem). Un día antes del accidente había renunciado el Ministro de Relaciones Exteriores, debido a su apoyo a las exigencias del FMI. El Líbano ingresó en default con una deuda externa que asciende a casi el 200% del PBI.
Según Haaretz: “incluso cuando fue solo un accidente, una explosión de tal magnitud en el puerto principal del Líbano también envía un mensaje a Irán, quien hace solo un mes dijo que desplegaría barcos y petroleros en el Líbano. Incluso se habló de un buque que albergaría una central eléctrica, lo que le daría electricidad a Beirut” (ídem). En los últimos años el Líbano “se vio obligado a absorber a más de un millón de refugiados que huían de las batallas en Siria” (ídem).
Todo el Medio Oriente está al borde de una escalada bélica por la guerra civil en Libia. Turquía y Qatar se han aliado para sostener al gobierno favorable a la Hermandad Musulmana de Trípoli. Egipto y Arabia Saudita están detrás de quien desafía a ese gobierno, un ex general kadafista que trabajó para la CIA y es respaldado por Francia, Rusia e Israel. Se acaba de confirmar que “junto con los servicios de inteligencia de Egipto y los Emiratos Árabes Unidos, el Mossad ha trabajado estrechamente para suministrar armas a Haftar” (íd, 6/8).
El Líbano junto a Libia concentran en el presente el caos mesoriental.