Bariloche: los que contagian son el gobierno y las patronales

Escribe Myriam Álvarez

Récord de contagios en Río Negro.

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De los 222 nuevos casos confirmados esta semana en toda la provincia de Rio Negro, 129 se produjeron en Bariloche. Ya suman casi un millar. Pero la ciudad cuenta con solo 57 camas y 57 respiradores de Unidad de Terapia Intensiva, 23 camas no UTI con oxígeno, 14 de Cuidados Intermedios y 86 camas comunes en el Hospital Zonal, Dr. Ramón Carrillo. Bariloche recibe, además, casos complejos desde El Bolsón y Jacobacci.

Según el director del hospital, Dr. Leonardo Gil, “el equipo de epidemiología calcula que ya son 15.000 las personas con coronavirus en Bariloche infectadas y no detectadas viendo la tasa de mortalidad y cantidad de contagios” (mejorinformado.com).

Crece el miedo entre las y los trabajadores. A pesar de las restricciones, vemos ir y venir tours de turistas. Las estadísticas no reflejan en toda su magnitud la exposición al contagio que provoca la “apertura económica” dispuesta por el gobierno. Están involucrados todos los gobiernos, porque si hay vuelos privados con turistas, intervienen entidades nacionales, provinciales, y el gobierno del intendente Genusso. Lo corroboran las fotos del tenista Gastón Gaudio paseando por la zona.

En estos cinco meses no se han reforzado el número de camas. El sistema sanitario local se venía deteriorando antes de la pandemia, con el cierre del Sanatorio del Sol, que poseía un edificio con camas, trabajadores y profesionales. Su estatización hubiera servido como apoyo al hospital zonal. Ahora pretenden usar los colegios para internar contagiados, y los padres salen a denunciar las falencias y falta de sanitarios para los alumnos y docentes. ¡Qué depara para los “internados”!

La ciudad ha conocido grandes e importantes luchas en el último periodo (choferes de MiBus, temporarios, trabajadores del casino, etc). Emerge la necesidad de un programa para defender la salud y el trabajo de la población.

Asambleas en los lugares de trabajo para discutir y acordar protocolos sanitarios de los trabajadores.

Reducción de la jornada laboral, creación de nuevos turnos de trabajo.

Provisión de mascarillas y alcohol necesarios a todos los trabajadores, a cargo de las patronales. Accesibilidad a los sanitarios para lavarse las manos asiduamente, tanto para el personal, como para el público.

En los lugares de atención al público, deberá haber trabajadores para el ordenamiento y garantizar el distanciamiento, y elementos que indiquen ese distanciamiento: señalética, mamparas, etc.

Atención por turnos para evitar acumulación y demoras.

Incorporación de personal al sistema de salud, estatal y privado, para garantizar la atención y el descanso correspondiente.

Cese de la persecución a las y los trabajadores.

Coordinadoras con representantes de las asambleas de trabajadores de los distintos lugares para unificar nuestros reclamos y enfrentar a la pandemia y el ajuste.

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