Contagios en Santiago del Estero, el chivo emisario de Zamora

Escribe Nicolás Basualdo

Tiempo de lectura: 2 minutos

Durante más de 100 días, la provincia pareció haber “domado” los contagios. Se decía que eran casos importados de camioneros que venían de zonas de alta circulación del virus. En ese marco, Santiago del Estero fue incluido entre las tres provincias en las que se iba a retomar el ciclo escolar mediante clases presenciales. El lunes 3 de agosto era una fecha clave pues se iba a producir la reapertura de las escuelas.

Durante todo este período el gobierno implementó un régimen de mano dura en las barriadas para impedir la circulación de las personas y, en especial, para disolver cualquier protesta callejera.

La miseria general se profundizó en todo el territorio provincial. Las estadísticas son elocuentes. El 70% de la población activa fue incluida en el IFE, lo que da cuenta del nivel extremo de desocupación y precarización laboral en la que se encuentra la inmensa mayoría del pueblo trabajador. Zonas enteras, como ocurre en Termas, han quedado completamente a la deriva como resultado, en ese caso, de la interrupción del circuito turístico sobre el cual se asienta la vida de esa ciudad.

El caso “Ávila”

El contagio de Ávila, un vecino de la capital, trastocó, de acuerdo al gobierno, el escenario. Hasta ese momento, Santiago contabilizaba 40 casos de contagios. El gobierno adjudica “a Ávila” la circulación comunitaria.

En una semana, a lo largo y ancho de la provincia, comenzaron a anunciarse nuevos casos; a la par de ello, el gobierno anunciaba que estaban saturados los lugares de aislamiento, ante lo cual, los casos sospechosos y de contagiados, debieron aislarse en sus propios domicilios, a pesar -y a sabiendas- del cuadro calamitoso de las condiciones habitacionales de la mayoría de la población.

Frente a las evidencias de contagios crecientes, el gobierno tuvo que dar marcha atrás con la apertura de las escuelas y suspender por 30 días el plan de retorno a las clases presenciales. A la par de ello impuso la prohibición de circulación de las personas entre las 18 y las 8 de la mañana.

En simultáneo, desde todos los medios oficialistas, se acentuó la campaña contra “Avila”, cargando sobre el vecino la responsabilidad del desastre sanitario. Zamora encontró un chivo emisario.

En contrapartida, los familiares de “Ávila” contestan que, cuando se fue a atender, no fue diagnosticado con el Covid19, y que, al agravarse el cuadro de su enfermedad, llamó al 107, no tuvo respuesta.

Qué hacer

El gobierno ha demostrado que la única respuesta que tiene es la de acentuar la mano dura contra el pueblo. La respuesta popular y de los trabajadores tiene que venir desde las barriadas, con reuniones y asambleas que reclamen la realización de testeos y la provisión de agua potable en bidones (son numerosos los barrios donde el agua no llega) y de elementos de protección (alcohol en gel, barbijos, etc.), de la misma manera, el reclamo de asegurar asistencia alimentaria al conjunto de la población.

El otro sector clave, es la docencia. El repudio al retorno era generalizado, pero no se lo había podido organizar. El intento de Tribuna Docente de autoconvocar una asamblea docente en la plaza del Maestro fue disuelto por la policía. Ahora se abre un terreno de deliberación más profundo. Por medios virtuales debemos organizar reuniones y asambleas para impulsar una campaña general de rechazo al retorno y el reclamo para que el gobierno mantenga la continuidad del año escolar virtual asegurando las condiciones de conectividad y costos, y respetando los horarios de trabajo.

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