Prisión perpetua en el crimen de Antonella Di Marzo

Escribe Plenario de Trabajadoras (Salta)

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Finalizó el juicio contra José Gustavo Gareca por el crimen de Antonella Mirna Di Marzo, cometido en octubre del 2018. Antonella fue brutalmente golpeada por Gareca, en la localidad de General Güemes, a la salida de un boliche. Estuvo internada hasta el 27 de enero del 2019, cuando falleció por muerte cerebral. La detención del asesino fue producto de la conmovedora movilización en aquel año por los familiares y vecinos de Antonella, con el acompañamiento de las organizaciones de la comunidad LGBT+.

Finalmente, Gareca fue condenado a prisión perpetua por el delito de homicidio calificado, y no por travesticidio o transfemicidio como exigió la querella. La negación por parte del juez Lezcano y toda la fiscalía del carácter de transfemicidio es una muestra de que el Estado y todo su aparato judicial, son los principales responsables de los crímenes de odio y de toda la violencia sistemática que padece el colectivo trans-travesti, desde la discriminación por identidad de género hasta la subyugación a manos de las fuerzas represivas y terceros. Gareca había salido de prisión en abril del 2018 con tres condenas previas por abuso sexual, violencia de género y un femicidio. Sin embargo, todo este prontuario no tenía importancia para los jueces y fiscales que lo liberaron y cuyo costo fue la vida de Mirna. Cabe señalar que, en 2018, Salta estaba en quinto lugar por los crímenes de odio a la comunidad trans.

La lucha por justicia hoy arranca una victoria que constituye un punto de apoyo para seguir enfrentando a un Estado que, aun colocando la carátula de transfemicidio, como ocurrió en los casos de Diana Sacayán o Marcela Chocobar, es sostén de un régimen social y político que condena a las compañeras trans a la prostitución, a la falta de vivienda y de acceso a la salud, y las peores condiciones de vida.

Para continuar la lucha por una verdadera justicia por Mirna es necesaria la elección de jueces y fiscales con mandatos revocables por el voto de las mujeres y el colectivo LGBT+, en el camino por transformar de raíz este sistema transfemicida.

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