Covid en Tandil: la presión patronal pinchó la “burbuja sanitaria”

Escribe Matías Solanilla

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El anuncio de 33 casos de covid el jueves pasado fue un cimbronazo para la ciudad, que venía siendo una suerte de “burbuja sanitaria” en lo que refiere a la pandemia. El anuncio demostró, además, una política en encubrimiento de casos por parte del Municipio y las autoridades sanitarias en los días previos: no hay probabilidad de pasar de 7 a 40 casos en un día, a excepción de que la información fuera ocultada.

Este brote responde directamente al relajamiento de los controles de ingreso y egreso de la ciudad, donde el negocio turístico se ha desenvuelto como ningún otro en los últimos años.

La verdadera noticia, sin embargo, es la brutal reticencia del Municipio a retroceder en la apertura de actividades de los últimos meses atendiendo a la cuestión sanitaria. El Municipio pondera, para esta decisión, le necesidad de sostener la ganancia empresarial por encima de la salud de la población trabajadora. Los empleados infectados en supermercados son la prueba cabal de que son los trabajadores quienes pagan las consecuencias de esta política patronal.

Testeos, sostén de salarios y evitar concentraciones

En Tandil se reproduce, en última instancia, lo que ocurre a nivel nacional: la necesidad de sostener la ganancia empresarial lleva a exponer a los trabajadores al contagio y la muerte. El aumento de casos y fallecimientos a nivel nacional no se transforma en un bloqueo a las concentraciones en grandes lugares de trabajo ni la circulación; la cuarentena ya no existe, arrasada por la necesidad del capital.

En todos lados va quedando de manifiesto la abierta contradicción entre la salud de los trabajadores y la ganancia del capital. La salida pasa por cerrar los lugares que aglomeren trabajadores y circulación, sosteniendo los salarios; control estricto de protocolos sanitarios en los lugares esenciales; que se garanticen testeos gratuitos para trabajadores en actividad para encontrar rápidamente al virus y bloquear su avance.

La situación vuelve a poner de manifiesto la inviabilidad de la organización social capitalista para dar cuenta de la pandemia y rescatar la salud de la población trabajadora. Se impone la necesidad de organizarnos por una superación de este régimen social, que parta de los intereses de los trabajadores y explotados y no del capital.

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