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El pasado viernes, el gobierno de Santa Fe anunció su decisión de retroceder a fase 1 en los departamentos del sur, estos son Rosario, San Lorenzo, Caseros, General López y Constitución. El anuncio, tardío, intenta mostrar al gobierno ´haciendo algo´, cuando los contagios vienen en ascenso desde hace tiempo. La farsa se pone de manifiesto en el hecho de que, al margen de la gastronomía y los gimnasios, las fábricas y empresas continuarán trabajando.
Como fuimos reflejando en las páginas de Política Obrera, la provincia de Santa Fe viene a la cabeza de la cantidad de infectados, después de Buenos Aires y CABA. Los departamentos que retrocedieron de fase desde hace al menos tres meses que registran un enorme aumento de contagios, ya que concentran a casi el 80% de los enfermos. Estos se replicaron primero en las fábricas del Cordón Industrial, pero se expandieron rápidamente también en las localidades cercanas a Rosario.
Dicho esto, la medida es una impostura y es insuficiente. El gobierno de Perotti no hizo más que liberar actividades no esenciales en los últimos tres meses mientras los números mostraban las primeras consecuencias. Lo grave es la inmediatez del colapso sanitario en la provincia: la ministra de Salud anunció que se encuentran ocupadas más del 60% de las camas en todo el territorio. Pero en los departamentos del sur, los números son peores quedando, según el secretario de Salud municipal de Rosario, sólo el 10% de camas disponibles en la localidad y alrededores.
En este cuadro, el gobierno informó la primera muerte de un profesional de la salud en la provincia por covid. Se trata de un médico que trabajaba en la guardia del hospital “Granaderos a Caballo”, de San Lorenzo. Este hecho es un lamentable reflejo de una realidad desesperante, de sobre explotación sin EPP ni pago en muchos casos, de persecución y en la que localidades enteras no cuentan con personal para la atención, como Fray Luis Beltrán que tuvo que cerrar el centro de salud por contagios.
Desde los distintos municipios del sur emitieron comunicados descargando la responsabilidad sobre la ciudadanía, apuntando al ya desgastado “quédate en casa”, cuando el conjunto de la población está obligado a salir a trabajar, viajar en transporte público, exponerse y no contar con los protocolos ni los equipos de protección adecuados, ni en las fábricas ni en los ministerios o administraciones.
La medida de retroceder de fase en el sur no atiende a la extensión del virus en la provincia, es un parche a una situación de desidia que continúa. El director del Hospital Cullen en la ciudad de Santa Fe expresó irónicamente que “podrían colapsar, como lo han hecho España o Italia”, pero no brindó información sobre los más de 40 contagios al interior del nosocomio. Tampoco se manifestaron desde el Gobierno sobre los casos de trabajadores precarizados contagiados en Niñez ni en el ministerio de la Producción de la capital provincial. En los últimos días prendieron contagios también en el Mercado de Productores y Abastecedores. Mientras tanto, en el norte, hay localidades que retrocedieron de fase de manera aislada, quedando directamente cerradas, mientras los infectados van en aumento.
Ante el anuncio tardío y la impostura, y frente a los reclamos de diversos sectores por una situación económica desesperante, desde el Gobierno del PJ en la provincia brindaron cómo única respuesta un acuerdo con Nación para la llegada de fuerzas federales a la ciudad de Rosario. Nada manifestaron sobre la garantía de seguridad y protección para el conjunto de la población obligada a exponerse, ni la apertura de paritarias o los EPP para el personal de salud. Se avecinan nuevos choques desde el norte al sur santafesino que requerirán avanzar en la organización por el conjunto de las reivindicaciones de la clase obrera y en defensa de la vida y el trabajo.