Escribe Emiliano Monge
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Los trabajadores postales de Brasil se acercan a los 30 días de huelga nacional contra los ataques del gobierno de Bolsonaro, que retiró derechos históricos de los sindicatos, reduciendo los salarios en casi un 50% y allanando así el camino para la privatización de Correos y Telégrafos de Brasil (ECT), la empresa pública de logística más grande de América Latina. Es el mismo método que intenta aplicar y está aplicando en otras empresas públicas. Todo ello en medio de una pandemia que ya se ha cobrado más de 130 mil vidas en el país y está siendo utilizada por el gobierno para promover un desmantelamiento del estado.
Se trata de una huelga histórica, en donde los trabajadores han venido movilizándose en todas los estados, y realizando colectas de alimentos, entrega de comidas calientes en diferentes puntos a los trabajadores más pobres, campañas de donación de sangre en los hospitales más afectados, y entrega de Cartas Abiertas a la población, explicando la importancia de la protesta y la necesidad de generalizarla con el apoyo de todos los trabajadores.
En la audiencia del 11 de septiembre, los representantes de la gerencia de ECT reafirmaron la posición del generalato gobernante, desollando la categoría y dando por finalizado el Convenio Colectivo, e incluso con los argumentos y apelaciones del ministro informante, ni siquiera quisieron una conversación, obligaron a programar el juicio. y también pidieron que se declarara abusiva la huelga.
Desde Sintect-SP dicen que “no hay garantías de que el ECT cumplirá con lo que decida este Tribunal Superior” (13/9), desconfiando incluso en el caso de una decisión favorable a los trabajadores. La propia ministra recordó que la dirección de la empresa de Correos apeló el año pasado al Tribunal Supremo Federal por no aceptar la decisión de TST. “La Ministra informante (Kátia Arruda) también destacó que la empresa, además de intransigente, es incoherente, pues alega crisis financiera y pérdida acumulada como argumento para destruir el Convenio Colectivo, al tiempo que confirma superávit en 2019 y una ganancia de R $ 600 millones. Trató de convencer a los representantes de la ECT para que avanzaran con cláusulas sociales, como las relativas a la baja por adopción, extensión de la baja por maternidad a 180 días, campaña para combatir la violencia contra la mujer, el acoso sexual y el racismo. Pero afirmaron ‘impacto financiero indirecto’ y nuevamente no quisieron hablar” (ídem). El gobierno de Bolsonaro avanzó en sus ataques contra la mujer durante la pandemia, retirando derechos laborales, recursos, e incluso postergando la interrupción legal del embarazo para determinados casos previstos en la actual ley.
La Ministra también insistió en los puntos de acuerdo de ECT y los avances en el mantenimiento de las cláusulas sociales, que, según ella, son históricos y representaron un avance social, como la lucha contra el racismo, pero la empresa siguió rechazando todo.
La Federación de Sindicatos Nacional (Fentect), reunió a los sindicatos afiliados el último sábado 12 de septiembre, tras el abandono de la patronal de la mesa de negociación del Tribunal Superior de Trabajo. En la audiencia de conciliación de TST, la gerencia del ECT se mantuvo intransigente, y el juicio del acuerdo se posterga para el 21 de septiembre. Los sindicatos afirmaron que la huelga sigue fuerte en todo el país y dieron continuidad y ampliación a la medida de fuerza. La huelga es legal y no existe ningún impedimento para movilizar por los derechos eliminados.
Se planificó una jornada nacional de manifestaciones en diferentes ciudades para el 21, con caravanas que van a ir hacia Brasilia. La Federación comunicó que la patronal (ECT) “continúa con sus fake news, diciendo que después de 30 días de huelga se configuraría un abandono del empleo”. Teniendo en cuenta los ataques del gobierno y la patronal, los trabajadores postales plantean “ampliar nuestra huelga y aumentar nuestro ejército y potencial de fuego para garantizar nuestros derechos y empleos”.
Este martes 14 de septiembre, los trabajadores de SINTECT-MG se reunieron en la puerta del Centro de Distribución Domiciliaria de Justinópolis para convocar a quienes aún no se han sumado. Los discursos dirigidos a la población reafirmaron el compromiso de los trabajadores con la huelga y contra la quita de derechos.
Derrotar la lucha del Correo es fundamental para avanzar contra la mayoría de la población y por eso la huelga está siendo aislada por el gobierno. Bolsonaro sabe que el movimiento podría llegar a otros gremios en torno a una lucha colectiva en defensa del servicio público y contra los ataques a la clase trabajadora.
Los trabajadores del Correo de Brasil están dando un ejemplo de tenacidad y lucha al conjunto de la clase obrera de América Latina. Las rebeliones populares del año pasado, enmarcadas en la enorme bancarrota capitalista, no fueron desviadas por la crisis sanitaria, sino todo lo contario, reforzadas. Así, renuevan sus energías con más fuerza, y potencialmente configuran situaciones revolucionarias. La perspectiva que se dibuja en el continente es la de la huelga general indefinida para tirar abajo con los gobiernos reaccionarios como Bolsonaro, Duque, Piñera y Añez, o sea, el de enormes movilizaciones y la huelga política de masas. La clase obrera del continente tiene que seguir el ejemplo de esta enorme huelga general del Correo, y avanzar en la perspectiva de imponer un régimen político y social propio.