Escribe Matias Melta
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La frase del título fue enunciada por Zack de la Rocha, cantante de Rage Against The Machine (RATM), en 2007, sobre el escenario en uno de los festivales más importantes del mundo, Coachella. La banda clasista más grande de EE UU nunca tuvo pelos en la lengua para denunciar todo tipo de injusticias o ejercer actos de provocación para despertar a las masas, como cuando quemaron la bandera del país norteamericano en la segunda edición del festival Woodstock – quizás la única y más sincera evocación del clima de movilización antibélica que rodeó al evento original, realizado en 1969, sin carga un ápice de nostalgia.
Ya hemos hablado de RATM en esta sección, pero en este caso nos vamos a detener en el contenido de alguna de sus letras y sus discos, que son manifiestos en contra del sistema, del imperialismo y la opresión, que recobran toda su vigencia al calor de las movilizaciones contra la violencia policial que recorren a Estados Unidos actualmente.
Esta canción, la más emblemática de su carrera, trata sobre un virus histórico en EE UU y el mundo: el racismo. Pertenece a su primer álbum, titulado Rage Against The Machine (1992), el mejor y más importante de su carrera, el que los catapultaría a la fama. En primer lugar, deja clara la relación entre la policía y las fuerzas racistas del país norteamericano: “Algunos de los que trabajan en las fuerzas, son los mismos que queman cruces” en alusión al ritual del Klu Klux Klan, desenmascarando un sistema represivo putrefacto. Con la estrofa “y ahora haces lo que ellos dijeron” clarifican cómo la represión de todo un sistema ejerce un control enérgico sobre las masas. Pero cierra al grito de “Anda a la mierda, no voy a hacer lo que me digas” en una instigación a pelear contra las fuerzas del orden y el statu quo.
Cómo veremos, el acierto político de RATM va más allá de una denuncia: con las rebeliones multirraciales contra el racismo que vivimos estos días, la canción cobra una gran vigencia.
“Estoy en un rodeo con una escopeta / estas personas no han visto un hombre de piel morena / desde que sus abuelos compraron uno” así comienza la letra de esta canción y nos adentra en la USA profunda, la de los supremacistas blancos, la que años después votaría en masa a Trump. La misma irá deshilachando una línea que denuncia la enorme brecha entre grandes capitalistas y trabajadores.
Esta canción pertenece al segundo disco de RATM, Evil Empire (“Imperio del mal”, título que no hace falta explicar para quien es dedicado), del año 1996.
Sus letras hacen alusión a temas como Vietnam, Nicaragua y el llamado complejo industrial-militar. La carátula del disco contenía imágenes de libros que mostraban de quienes se nutrían para desarrollar su línea política: el Che Guevara, Frantz Fanon, Herbert Marcuse, Malcolm X.
Mientras la letra despotrica contra todo lo que va encontrando en su camino con una base musical que es una clase de rap rock, hace referencia a dos asuntos importantes: cuando dice “a la mierda las rejillas, quiero las máquinas que las están haciendo” exige que la maquinaria de la cual es dueño el capitalista pase a manos y control de la clase obrera.
Para el final de la canción la frase “Un dios, un Mercado, Una verdad, Un Consumidor” engloba lo que la picadora de carne capitalista tiene para ofrecerle al explotado. Toda la canción es un hervidero de consignas una atrás de la otra.
El disco The Battle of Los Ángeles (o La batalla de Los Ángeles), tercero de la banda (1999) saldría, con gran atino político por parte de RATM, unos días antes de lo que se conocería como La Batalla de Seattle, una monumental movilización contra la cumbre de la OMC que sería recordada por sus jornadas de combate de 40.000 manifestantes contra las fuerzas represivas del estado, anticipo de las luchas en curso del pueblo estadounidense.
De este disco sale la canción Testify, que es una denuncia de cómo los grandes medios de comunicación venden la idea del sueño americano que se basa en una falacia en un país en el que las desigualdades atroces son moneda corriente. También se encarga de ridiculizar toda esta maquinaria de los conglomerados de información.
“Quien controla el pasado ahora, controla el futuro” reza llegando al final de la canción, en alusión a la frase del libro 1984 de George Orwell famoso por ser una alegoría al stalinismo. El lavado de cerebro pro imperialista en una sociedad que intenta ser enajenada continuamente da paso a que lo que se avecina sea más enajenación y sobre este punto Testify sirve como clarificador.
Esta canción, también perteneciente a su primer álbum, es una de las más emblemáticas de su carrera porque condensa de alguna forma mucho por lo que luchó RATM y es con la que generalmente cierran sus shows, cercana a la internacional comunista que suena entre el setlist (lista de temas) y los bises.
La letra habla de la banda en si misma, cuando nombra al poeta militante, en un juego de palabras exquisito que va y viene entre un elevado contenido político y un rap con un flow imparable.
Con esta canción hicieron campaña por la libertad de dos personas condenadas injustamente a prisión por el racista sistema de justicia estadounidense: el nativo americano Leonard Peltier y al militante de los Panteras Negras Mumia Abu-Jamal. Esta lucha se convirtiría en una de las más importantes de RATM.
Cuando al final de la canción Zack de la Rocha grita “tu ira es un regalo” hace un llamamiento a la rebelión y cuando grita FREEDOM (Libertad) una y otra vez nos está instando a liberarnos del yugo capitalista que nos tiene apresados.
Cómo hemos visto, RATM condensó poesía, militancia, rap y rock en partes iguales para dejarnos himnos que no pierden vigencia, sino que con la catástrofe social, económica, sanitaria y política de EE UU, que se expande como reguero de polvo por todo el mundo, toman más actualidad que nunca. Ahora está en nuestras manos, como instaba Zack de la Rocha al principio de la nota, derribar el capitalismo.