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A un año de la ocupación de los trabajadores de Kimberly Clark, la lucha por la puesta en marcha de los medios de producción bajo control obrero están vigentes.
2019 fue un año de grandes luchas obreras que dejaron abierto un camino de resistencia frente a la crisis capitalista, para todo el movimiento obrero.
Las ocupaciones de Ansabo, Ran Bat, Kimberly Clark-Bernal, Molinos Minetti y luego Gotan, marcaron toda una tendencia de lucha y resistencia obrera por la defensa de los puestos de trabajo ante los cierres de fábricas y la entrega de las burocracias sindicales.
El 26 de septiembre del 2019, en un contexto político convulsionado por los cierres de fábricas, suspensiones y despidos masivos, la empresa Kimberly Clark a las 11 hs nos reunió a todo el personal y anunció el cierre definitivo de la fábrica. En un acalorado debate los trabajadores plateamos a los directivos lo fraudulento del cierre.
La empresa planteaba tres días de asueto para digerir la noticia con nuestras familias y que volviéramos el lunes para "producir" el desmantelamiento.
Pretendían que las familias de Kimberly Clark, aceptáramos sin más, que nos quedábamos en la calle.
Ante las pretensiones patronales, los trabajadores tomamos la decisión de permanecer en nuestros puestos de trabajo. Los compañeros de los turnos tarde y noche acudieron a la empresa para hacer una asamblea general, donde resolvimos la permanencia en los turnos e impusimos esta situación a la patronal.
El sábado 28 de septiembre tomamos el control total de la planta, "desplazando" a la vigilancia y al mismo gerente de planta, colocándonos en un lugar de poder para la defensa de los puestos de trabajo.
La ocupación se desarrolló gracias a la gran solidaridad obrera que pudimos cosechar en 12 años de construcción y organización sindical clasista.
El gobierno de Macri y las maniobras distraccionista de la oposición "Fernandista", fueron determinantes contra la resistencia de los trabajadores. Ministerio de trabajo y poder judicial jugaron garantizando impunidad para el cierre fraudulento, al punto que, ante la férrea voluntad de resistencia obrera, produjeron un brutal asalto con fuerzas policiales de élite. Retomaron la planta a punta de pistolas y la mantuvieron militarizada meses, ocurrido el "cambio" de gobierno. Esta última situación desnudo completamente la política de los Fernández-Fernández, de continuar garantizando impunidad patronal para el cierre trucho.
Las causas armadas a los detenidos en el desalojo cayeron antes de iniciar, quedó claro que los trabajadores actuamos en defensa de nuestros puestos de trabajo.
La burocracia sindical Papelera jugó en pos del cierre de la planta. No convocó al paro, tal como reclamó y votó la asamblea general en el Sindicato de Bernal, ni siquiera producido el desalojo y la judicialización de los trabajadores.
Los meses de ocupación obrera de Kimberly Clark y el plenario nacional en puerta de fábrica fue referencia para el activismo zonal, respecto del método de coordinación. Hoy los trabajadores de PORYSO/Ansabo desarrollan este método junto a sectores en lucha.
Compañeros delegados, comisiones directivas, agrupaciones que protagonizaron luchas en sus lugares, concluyeron con la reflexión que el frente único obrero es la llave para impulsar el salto en la intervención de la clase obrera en la situación política de conjunto.
Este plenario enfrentó una orientación que defendió un planteo de autoconstrucción, alrededor de organizaciones del FIT-U.
Esta orientación de aparato frenó el desenvolvimiento de una campaña acorde a los años de experiencia de la Lista Gris al frente de la Comisión Interna por 12 largos años.
La crisis capitalista es terminal y más aún con la pandemia.
Los cierres y quebrantos patronales seguirán produciéndose, miles de obreros sufrimos el desempleo mientras los medios de producción son cerrados sin miramientos.
Los trabajadores transitamos una experiencia terrible con los capitalistas y sus gobiernos, gestionando la exposición de los trabajadores al covid, pues en gran parte del país abandonaron a su suerte a trabajadores de la salud y la población toda. Un régimen que sólo ofrece muerte, desempleo y penurias es inaceptable para nuestra clase social.
Es clave desarrollar la deliberación, organización y coordinación de los sectores obreros que resisten y luchan contra las consecuencias de la crisis y la pandemia.
La ocupación y el control obrero de los lugares de trabajo y la producción son fundamentales para la salida obrera a la crisis.