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El inicio de las negociaciones paritarias de la UTA se ha tornado en una puja de la UTA con las cámaras empresarias, por un lado, y de las cámaras empresarias con el gobierno nacional, por el otro, en torno a los subsidios.
El reclamo inicial de la UTA es un incremento del 30% sobre el sueldo, básico fijado en diciembre del 2019; una suma no remunerativa de $20.000; un adelanto a cuenta de futuros aumentos de $10.000; y una actualización ajustada al índice de precios al consumidor para el último trimestre del año.
Las patronales del transporte de corta distancia “tomaron vista” del reclamo, pero su eje fue discutir su propia “paritaria” con el gobierno. Para eso levantaron un pliego de reclamos cientos de veces superior a los reclamos del gremio. Como se trata de subsidios quieren que todos los ministerios vinculados a ellos comparezcan a las negociaciones. Segundo, las patronales reclaman el reconocimiento de los incrementos de costos no salariales que se encuentran congelados al mes de octubre del año pasado; tercero, la actualización de rubros trascendentes para el sector como el de gerenciamiento y tasa de riesgo que han sido recortados durante el gobierno de Macri. Cuarto , las entidades empresarias reclaman por las demoras recurrentes en las acreditaciones de las compensaciones tarifarias
Dicen que se encuentran pendientes el 39% de las compensaciones del último cuatrimestre 2019, y de los dos primeros cuatrimestres del 2020. Y, quinto, señalan además que aún está pendiente el pago del 50% de las compensaciones del mes de septiembre en empresas de CABA, que sí han percibido el resto de las jurisdicciones. Como se ve, el petitorio de las cámaras patronales es aún más amplio que el de la UTA y condicionan la paritaria al rescate del gobierno nacional a las empresas.
Los trabajadores de UTA vienen de meses de luchas. La burocracia sólo ha atinado a mirar para otro lado ante los incumplimientos de convenio en materia de pagos de presentismos, del pago por debajo del 100% a los trabajadores de riesgo y permitiendo que no se cumplan los protocolos de seguridad frente al Covid.
La UTA no va a defender los reclamos en los hechos. Las asambleas que han defendido sus salarios y sus fuentes de trabajo con paros y movilizaciones en los difíciles momentos de la pandemia son los únicos que pueden imponer el reclamo único presentado por la burocracia y, además, unificar el cumplimiento de un protocolo obrero en toda la UTA y la defensa del convenio colectivo de trabajo.
