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La tercera semana de septiembre tuvimos, en BedTime, una seguidilla de casos de Covid-19 entre los compañeros: 12 positivos y 25 casos sospechosos al momento de escribir este artículo. Ante esto, la empresa intentó maniobras para flexibilizar el aislamiento de los compañeros y poner a producir la fábrica.
Durante las primeras horas del 21 de septiembre nos enteramos de ausencias de compañeros por ser casos sospechosos de Covi-19 y, en el transcurso de la mañana, otros fueron aislados de inmediato. El primer caso confirmado se dio en el turno tarde, con lo cual seis sectores de ese horario quedaron automáticamente aislados. El jueves 24, se confirmó el primer caso positivo del turno mañana y se activó el protocolo aislando a seis sectores del mismo.
Frente a este cuadro y con casi toda la planta parada, la patronal trató de implementar el test serológico con la intención de levantar el aislamiento. El mismo jueves envió un comunicado donde planteaba que, al día siguiente, los trabajadores en aislamiento debían presentarse en planta para realizar el test y al final el comunicado decía textual “en todos los casos, si los testeos dan negativo, se retomará de inmediato la jornada laboral normal”. Claramente esta maniobra, con la que querían posar de “preocupados por sus trabajadores”, solo tenía la intención de poner en funcionamiento lo más rápido posible la planta. Ni siquiera han respetado las recomendaciones de la OMS y el Ministerio de Salud, quienes no recomiendan el uso de pruebas rápidas de detección de anticuerpos para diagnóstico, ya que estas detectan la respuesta inmune del cuerpo a la infección causada por el virus, pero no detecta el virus en sí mismo. Entendiendo esto también, los trabajadores y la Comisión Interna rechazamos la intención de implementar estos test para levantar el aislamiento.
BedTime es solo una muestra de una realidad que recorre al conjunto del movimiento obrero y expresa el fracaso de la política del gobierno nacional para contener la pandemia.
Luego del éxito relativo que exhibió en los inicios, el gobierno fue cediendo ante las presiones de las patronales desde el minuto cero de la cuarentena reabriendo en forma casi inmediata sectores no esenciales, fomentando así una mayor circulación social del virus. Lejos de producirse como resultado de la “responsabilidad individual”, los contagios se expanden masivamente producto de la concentración humana en los lugares de trabajo.
Sumado es esto, los fondos públicos en lugar de destinarse al sistema de salud fueron a parar al bolsillo de las patronales, provocando un colapso sanitario tanto en el sistema público como en las obras sociales, como sucede en el Plástico y otras, en medio del pico de contagios. Los hisopados tardan más de 72 horas en ser realizados, y los resultados casi el mismo tiempo.
La comisión interna de BedTime fue la primera en reclamar la implementación de los testeos como parte del protocolo de prevención que, necesariamente, deben ser acompañados de los hisopados y el aislamiento en los casos que corresponda, pero lo rechazamos como elemento de “diagnostico” para burlar el aislamiento. Al reclamar la implementación de los testeos con este criterio, la patronal decidió dar marcha atrás con la maniobra y los compañeros continúan aislados.
▪︎ Aislamiento preventivo y el hisopado a todos los compañeros con pago integral del salario.
▪︎ Por un protocolo a la medida de las necesidades de los trabajadores.
▪︎ Triplicación del presupuesto para el sistema de Salud Pública, reducción de la jornada laboral, triplicación del personal y aumento salarial del 50% para todo el sector.