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El sábado por la tarde, los vecinos de la toma de Guernica se reunieron en una asamblea general de todos los barrios, multitudinaria, para discutir la "propuesta" del gobierno en la última mesa de diálogo.
Rubén Pascolini, subsecretario de Hábitat de la Provincia de Buenos Aires, llevó a la mesa la propuesta de reubicar, momentáneamente, en diferentes predios a las familias, pero no en su totalidad. Esto es así porque el gobierno reconoce a sólo 250 familias dentro de la toma. Pero además, ni siquiera trasladaría a las 250 familias a un mismo predio, sino que estarían esparcidos en diferentes lugares, incluidos refugios de noche y casas del niño. Todo esto con la promesa de que en seis meses se conseguiría un predio para que puedan trasladarse de manera definitiva.
A medida que se iba desarrollando la asamblea, y mientras los voceros de los cuatro barrios iban trasladando la propuesta, los vecinos fueron rechazando la misma fervorosamente. Es más, no habían pasado quince minutos de comenzada la asamblea, que ya se había votado el rechazo por una gran mayoría. Los vecinos del barrio 20 de Julio han tomado, como primera iniciativa, para lograr que esta votación no quede en la nada, la elaboración de un petitorio en la que se rechace la propuesta del gobierno; exigen de manera inmediata que se levante el desalojo y llaman a sostener la unidad de todos los barrios para mantener unificada la lucha.
La firmeza de los vecinos de los diferentes barrios, demuestra que esta lucha está lejos de decaer, muy por el contrario. La lucha por la vivienda ha tomado un alcance internacional. Porque la pandemia ha dejado expuesta la terrible crisis habitacional en la que está sumida la clase trabajadora. La gran mayoría de los habitantes de la toma se han encontrado de un día para el otro en la calle, luego de haber perdido sus trabajos. Muchos de ellos eran changarines, trabajadores en negro. O, en el caso de las mujeres, cuidadoras de niños y ancianos o empleadas domésticas. Para todos ellos, fue imposible poder seguir pagando un alquiler al cortarse su fuente de ingreso. Y es por esto que este predio se ha convertid, para ellos, en la única esperanza de lograr una vivienda para sus familias. El mismo régimen social que los ha expulsado de sus trabajos, hoy los quiere obligar a vivir en la calle.
La lucha de las familias de Guernica ha logrado la solidaridad de vastos sectores de la clase obrera, como es el caso de comisiones internas, gremios antiburocráticos, organizaciones de derechos humanos, estudiantes y también de artistas que se han pronunciado por el derecho a la tierra y la vivienda.
Desde la tendencia del Partido Obrero y del Polo Obrero (T), nos jugamos a fondo para que se logre un triunfo de las dos mil quinientas familias. Y es por esto que hemos remarcado la defensa de la deliberación a través de las asambleas, como única manera de que los vecinos tomen en sus manos las decisiones que definirán esta lucha.
