Tucumán: justicia por las dos niñas asesinadas

Escribe Alejandra del Castillo

El Estado es responsable.

Tiempo de lectura: 2 minutos

El domingo 18 de octubre el pueblo tucumano asistió a una jornada de profunda conmoción. Dos niñas fueron asesinadas brutalmente, Abigail Riquel de 9 años, y Abigail Luna, de 2 años. Con ellas son 16 las mujeres que nos faltan en Tucumán en 2020. Esta lista imparable de víctimas sitúa a la provincia en el tercer lugar en las estadísticas de femicidios.

La actuación del Estado, como no podía ser de otra, fue la misma de siempre. La policía se negó a tomar la denuncia a los padres de Abigail Riquel. Dijeron que tenía que pasar 24 horas como “desaparecida” para tomar la denuncia y que, además, que no tenían móviles para realizar la búsqueda. Frente a ello, los vecinos se organizaron y, luego de 6 horas de búsqueda, la encontraron en un baldío, muerta, con un fuerte golpe y evidencias de haber sufrido abuso sexual. Los vecinos marcharon y quemaron la casa del presunto abusador. Recién en ese momento apareció un ejército de policía con decenas de móviles, pero para reprimir a los vecinos.

Este cuadro de barbarie es claramente responsabilidad del Estado y los gobiernos que vienen haciendo oídos sordos a los reclamos del movimiento de mujeres. No les importó que la pandemia y la cuarentena hayan agravado la violencia de género. Destinan los recursos para pagar la deuda externa y hacer sus negociados. Cuando anuncian medidas están tienen un carácter de maquillaje. Lejos quedaron las promesas del gobierno de Manzur de los refugios o de la disposición de hoteles para la protección de víctimas.

El menosprecio por la vida de las mujeres y niñas se expresa también en el encubrimiento a abusadores y violentos del poder político. Las comisarías hacen oído sordo a las denuncias y cuando tienen que actuar siempre llegan tarde, solo para registrar una nueva víctima. Pero las señales vienen desde arriba. La causa contra Bussi por abuso sexual se encuentra paralizada. La denuncia de presiones sobre el poder judicial para que la investigación sobre Bussi no avance no parecen molestar a nadie. De hecho, Jaldo y Manzur salieron a respaldar a Leiva con todos los recursos a su disposición. El caso de Alperovich, denunciado como abusador por su sobrina, es otra demostración de esta impunidad.

Como lo hizo el pueblo de Jujuy, que salió a las calles contra los femicidios, protagonizando verdaderas puebladas, tenemos que movilizar acompañando a los familiares en el reclamo de justicia y por un programa de salida a la violencia de género: presupuesto ya para la asistencia y prevención de la violencia de violencia, centros de atención integral y refugios en toda la provincia, subsidios para las víctimas igual al costo de la canasta familiar, educación sexual científica y laica en las escuelas. Pongamos también en pie comités barriales y zonales para elaborar los reclamos de cada lugar y coordinar las acciones de lucha.

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