Rusia: la condena al historiador y activista Yuri Dmitriev

Escribe Mauri Colón

Tiempo de lectura: 3 minutos

El pasado 29 de septiembre, el ruso Yuri Dmitriev fue sentenciado en los tribunales de la ciudad de Petrozavodsk, en la región rusa de Karelia. La acusación “oficial” es por pornografía infantil y pedofilia. Los medios internacionales y organismos de derechos humanos denuncian que los juicios fueron a puertas cerradas, sin la presencia de su abogado, ni del mismo acusado que vio la condena desde la cárcel. Argumentan que la condena es en venganza por los estudios del mismo, sobre los crímenes del régimen de Stalin, los cuales contradicen a la historia oficial contada por el Kremlin.

El caso tiene varios años en la justicia. En abril de 2018, el Tribunal Municipal de Petrozavodsk absolvió a Dmitriev de dos cargos y lo condenó a tres años y medio de prisión por posesión ilegal de un arma de fuego. Sin embargo, la Corte Suprema de Karelia anuló el fallo dos meses después y devolvió el caso a los fiscales, quienes rápidamente presentaron nuevos cargos contra Dmitriev por la presunta agresión sexual a su hija adoptiva. Por esta acusación, el activista quedó en prisión preventiva esperando juicio, que finalmente llegó en julio de 2020.

Las supuestas pruebas en contra de Dmitriev son imágenes que le tomó a su hija para seguir los cambios físicos que la niña acusaba a causa de una enfermedad. El inculpado, ha mantenido constantemente su inocencia. Esos testimonios fueron confirmados por el hospital local donde fue atendida la joven.

En el juicio participó el Dr. Lev Shcheglov, presidente del Instituto Nacional de Sexología, quien declaró ante el tribunal que no apreció nada pornográfico en las fotos. El especialista confirmó que era una práctica común en Rusia tomar fotografías con fines médicos. A su vez, la evaluación psiquiátrica hecha por el instituto Serbsky tampoco encontró nada, ni mucho menos algo que sugiera que las fotos se habían tomado con fines sexuales. (Ukr weekly, 2/10)

Fue sentenciado a tres años y medio de prisión, cuando por lo general se sanciona a ese delito con un mínimo de 12 años. Con el tiempo casi cumplido en prisión preventiva, tendría que salir en libertad en noviembre. Sin embargo, en la apelación (pedida por ambas partes) del 29 de septiembre, el Tribunal Supremo de Karelia aumentó la sentencia de Dmitriev a 13 años, el que deberá transitar en una unidad de máxima seguridad.

La sentencia ha tenido un rechazo importante, a través de una carta abierta que ha sido firmada por 250 intelectuales públicos, artistas, historiadores, periodistas y residentes de Karelia.

La investigación histórica

Dimitriev, de 64 años, es profundamente anti comunista. Como historiador, estudió durante 30 años el terror estalinista. Hizo un trabajo importante para recuperar los nombres de las víctimas de los fusilamientos masivos y deportaciones forzadas que tuvieron lugar en Karelia, una región fronteriza con Finlandia en la década de 1930. Con sus trabajos se han podido descubrir fosas comunes donde se fusilaba a los opositores al régimen soviético, entre ellos, militantes de la oposición de izquierda que organizaba León Trotsky.

Sandarmokh, uno de los lugares descubiertos por Dmitrev, hoy es uno de los pocos sitios donde se recuerda a las víctimas del genocidio estalinista. La historia oficial del Estado ruso dice que este campo de fusilamiento, donde se hallaron 7.000 personas muertas, no fue obra de la burocracia soviética, sino de la ocupación Finlandesa a principios de la segunda guerra mundial. (The New York Review, 7/10)

Diversos historiadores mencionan que centros de fusilamientos como Sandarmokh están esparcidos por toda la Federación Rusa, Polonia y Ucrania. Y que si los mismos no han sido descubiertos todavía, es por la política de encubrimiento que tuvo lugar durante los gobiernos de Yeltsin y luego de Putin.

Esta persecución no es solo un ataque personal hacia Dmitriev, sino también, al derecho de a la verdad histórica del pueblo ruso. Esa verdad contribuiría a poner de manifiesto el carácter contrarrevolucionario del régimen de Stalin.

Suscribite al canal de WhatsApp de Política Obrera