Piñera “suma y sigue”: la destitución del ministro de carabineros

Escribe Víctor Sánchez

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A menos de diez días de su aplastante derrota en el plebiscito, hoy, martes 3 de noviembre, el gobierno de Piñera agregó un nuevo episodio a su catastrófico derrotero político: la renuncia de su ministro del Interior, Víctor Pérez, a tres meses de su designación, tras la votación en la Cámara de Diputados a favor de la acusación constitucional en su contra, por el tratamiento diferenciado en el paro patronal de camioneros y su responsabilidad en la violación de los DD.HH. al mando de carabineros.

Esto último, a propósito del menor arrojado al Mapocho a principios de octubre y la brutal represión ejercida contra la juventud en el marco de las movilizaciones en conmemoración a un año del 18 de octubre, que tuvo como consecuencia la muerte de un joven en la población La Victoria, de la comuna de Pedro Aguirre Cerda.

En palabras de Pérez, su decisión fue tomada para no seguir siendo un flanco abierto para el gobierno en medio de lo que ha sido una verdadera serie de acusaciones constitucionales en contra de sus personeros, como en el caso del ex ministro del Interior, Chadwick, y el ex ministro de Salud, Jaime Mañalich - luego de que la Corte Suprema determinara incautar los correos electrónicos del Minsal por haber ocultado información sobre las muertes por Covid durante la pandemia.

La votación contra Pérez contó con 80 votos a favor, 74 en contra y 1 abstención, y vino a ratificar un escenario que ya se preveía desde el 29 de octubre; fecha en la que, la Comisión de Constitución de la Cámara de Diputados, declaraba admisible la acusación.

Sin la renuncia de Pérez, el trámite debería haber pasado al Senado, viéndose suspendido en su cargo hasta que la cámara alta dirimiera si finalmente era destituido o no, convirtiéndose con esto en el primer ministro del Interior en esta situación desde el “retorno a la democracia”.

A pesar de que en el transcurso de la mañana distintos personeros del oficialismo le brindaron públicamente su apoyo - incluido el ministro de Defensa, Mario Desbordes, con quien, días antes, se habían generado una serie de tensiones debido a que en su defensa, Pérez habría señalado que la responsabilidad de carabineros, en estado de excepción, correspondía a Defensa -, la opción de una renuncia ante una inminente votación desfavorable fue siempre barajada desde la UDI. Así, haciendo gala de su férrea disciplina partidaria, cualidad que lo llevo a ocupar su cargo en un gabinete que fracasó en asegurar la unidad de una coalición que llegó dividida al plebiscito, finalmente el ex ministro hizo carne la orden de su partido.

La derrota que el gobierno sufrió con la votación parlamentaria de hoy y la renuncia de su jefe de gabinete es otra muestra clara de su quiebra política y debilidad endémica. No será el último episodio.

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