Tiempo de lectura: 1 minuto
Ha vuelto a fracasar la paritaria de la UTA en la rama de la larga distancia, la más afectada por la pandemia. La situación es insólita. Es la primera vez en la historia de una paritaria donde las patronales ofrecen 0% de aumento. Y no sólo eso: además exigen al ministerio de Trabajo, al ministerio de Transporte y a los gobernadores provinciales, que se dupliquen los subsidios. Amenazan, caso contrario, con despidos masivos.
El ministerio de Transporte ni siquiera se presentó a la audiencia paritaria. Adujo que no habría modificación a los subsidios patronales, los cuales, dio, el gobierno ha triplicado en lo que concierne a la larga distancia. La burocracia de Fernández se encuentra con que el pasaje del “aislamiento” al “distanciamiento”, signfiica la cuenta regresiva para los ATP. Ante esto, las patronales quieren tener las manos libres para despedir, además de no otorgar aumento de salarios.
En larga distancia se desarrolla (como ya se produjo en la corta distancia) una concentración de grupos monopólicos que se quedarán con las empresas menores que quiebren. La direccion de la UTA no tiene política para enfrentar los despidos masivos. Se agudiza su crisis, entre distintos sectores que disputan el gremio, y hay una rebelion de las bases. La UTA ha convocado para el viernes un paro de actividades, desesperada por conseguir un nuevo auxilio del gobierno. La política del gobierno de rescatar a las patronales se están agotando.
Está planteada la huelga indefinida por aumento de salarios y contra despidos.
Es necesario que se investiguen las cuentas de las patronales y el uso de los subsidios. La utilización de la tarjeta SUBE ha dejado en manos del Estado el control de los ingresos reales en materia de pasajeros; están reunidas las condiciones para la nacionalización del transporte.
